Cap 1: Asaltando el Corazon

Por DiarioTwilight   Publicado a las  12:10 p. m.   12 comentarios


Capítulo 1

ASALTO - BPOV


Me encontraba como todos los fin de mes, camino hacia el supermercado.

Ya era una costumbre.

Así que al llegar tome un carrito y saque del bolso la lista de las cosas que necesitaría.

Me encamine al pasillo de frutas y verduras pero este estaba muy congestionado por lo que decidí ir por un cereal. Mientras escogía entre fresas o chocolate; escuche los gritos de las personas.

—Quieto todo el mundo—gritó un hombre que tenía cubierto su rostro con una pasa montañas.

Todas las personas empezaron a emitir chillidos histéricos. Por mi parte sólo pude el carrito y mire a los asaltantes; esperando que sucediera lo peor.

Pero todo fue muy rápido, él que había emitido la orden hace un momento clavo sus penetrantes ojos verdes que podían apreciarse en la abertura de la pasa montañas en mi rostro, y sin miedo le sostuve la mirada quedándonos unos minutos abstraídos mirándonos, olvidándonos de todo a nuestro alrededor.

Y emitiendo una maldición, desvió su mirada.

—No se muevan —Su voz de terciopelo inundo el lugar. —Vamos busquen los malditos papeles y la caja—dijo en tono autoritario a los hombres que lo acompañaban.



Tres de los asaltantes se dirigieron a las oficinas y los demás junto con él, se quedaron con el resto de los presentes.

El guardia de seguridad del supermercado pensando que no le prestaban atención camino hacia ellos y él hombre de ojos esmeraldas soltó un disparo.

Me tire al piso tratando de buscar protección; aunque estaba segura que si quisieran matarme lo lograrían por muchas esfuerzos que yo hiciera.

Cuando levante la vista para encontrarme con lo peor, el Guardia había vuelto su antigua posición.

El hombre de ojos esmeraldas volvió a mirarme y susurró algo a otro hombre encapuchado que se encontraba junto a él.

Este asintió y sin disimulo alguno me miró.

Caminó hacia a mí a paso lento, provocando que la multitud hullera para quitarse del camino a cada paso que este daba, y al quedar frente a mí; se agacho.

—Espera mi señal —susurro en mi oído. —Si no lo haces, date por muerta.

Ahogue un sollozo.

—Gritare el monosílabo "ya", y caminarás atrás de ese Stan, allí habrá alguien esperándote. — me miró a través de sus ojos oscuros. — Sabes lo que te pasará si no lo haces.

Se levantó con gracia a pesar de su tamaño y lo musculoso que era y caminó hacia donde su jefe o eso suponía por el tono autoritario que el hombre de ojos verdes tenía.

—Ya está Jefe —dijo unos de los hombres que envió a la oficina confirmando mí suposición. Los otros dos venían con unos sobres y una bolsa negra.

—Nadie se mueva hasta que estemos fuera. —Dijo el hombre de ojos oscuros —Y saben los que le va a pasar si hablan. —Soltó un disparo al aire.

Luego clavo sus ojos sobre los míos y con voz suave pronunció el pequeño mandato que cambiaría mi vida para siempre. — Ya. . .

Me levanté con piernas temblorosas y tropecé dos veces con mis propios pies mientras intentaba correr. Cuando al fin pude lograr salir por donde el musculoso me había indicado; al llegar él mismo me estaba esperando.

—Sígueme—ordeno y camine muerta de miedo hasta una camioneta. —Entra—dudé un momento, ideando una forma de escape, pero me encontraba tan nerviosa que mi mente se encontraba como bloqueada. — Sabes lo que te ocurrirá si no lo haces, ¿Cierto?- inquirió con voz mordaz.

Y entre en la camioneta con lágrimas cubriendo mis mejillas.

El viaje duró aproximadamente 30 minutos.

Y resulto horroroso ya que me encontraba sentada entre dos enormes hombres, que en tamaño eran como tres veces yo y ni se diga en cuerpo; que esperaban el mínimo movimiento para causarme daño.

En una de las curvas el chico de ojos oscuros se quitó el pasa montañas y me miró. Su rostro era como el de un niño grande, su cabello rizado oscuro del mismo tono que el de sus ojos contrastaba con su piel blanca y los hoyuelos de sus mejillas.

— El Jefe quiere hablar contigo—lo mire aterrada ahora si estaba consciente del peligro que corría.

No tenía idea que quería de mí el hombre de ojos verdes.

—Tranquila—dijo. —No te va hacer daño.

Se lo pensó un momento.

— Claro está, si cooperas.

No le respondí, sólo deje escapar un sollozo.

—Ya llegamos—murmuro.

Salió de la camioneta tirándole el chaleco anti-balas a un hombre que lo esperaba fuera.

— Bájenla —le ordenó a los grandulones.

Estos me ayudaron a bajar de la camioneta y cada uno se colocó a un lado mío.

—Vamos —dijo y lo seguí con los ojos clavados en el suelo.

Con valentía mire alrededor de ver y quede impresionada.

Era una casa de tres plantas, de un blanco elegante. Fuera de esta había un gran jardín y muchos árboles que la rodeaban.

Cuando estábamos justo al frente de la puerta está se abrió y salió una mujer que parecía una miss universo; Alta con un cuerpo de revista, de ojos azules como el mar y cabello rubio que le llegaba hasta la cintura.

Correo hasta el hombre con cara de niño y lo beso con un pasión; que tuve que desviar la mirada.

—Emmet—canturreo eufórica— Has llegado—dijo llena de satisfacción y le plantó otro beso.

—Sí—afirmó este— Aquí estoy amor.

La rubia lo abrazó, y fue en ese instante que se dio cuenta de mi presencia. Se separó de él y lo miro ceñuda.

— ¿Quién es ella Emmet? —preguntó enojada.

—Mejor porque no se lo preguntas a tu hermano— respondió con una sonrisa tensa.

—La secuestraron Emmet—dijo la chica rabiosa—Es que están locos. — murmuro elevando varias octavas su voz.

—Tranquila Rose—le dijo el tal Emmet— No creo que esté por mucho tiempo.

La chica lo ignoró, y camino hacia mí.

Me observo detenidamente y sonrío.

—Hola soy Rosalie Cullen—dijo extendiendo su mano.

—Bella Swan—dije estrechando la mano entendida.

No sé porque pero ella me inspiraba confianza.

—Ven—dijo halando mi brazo. —Te mostraré la casa.

Dude un instante y el cara de niño asintió.

La casa era mucho más hermosa por dentro, que por fuera.

Pintada de colores claros, contrastaba con los muebles.

Subimos al segundo piso y entramos a una recámara que era como el tamaño de mi pequeño departamento.

Me indico que me sentará y así lo hice, pues estaba hecho un charco de nervios.

—Tranquila Bella—dijo— No dejaré que te suceda nada—aseguró—Es más, no creo que mi hermano sea capaz de hacer algo que tú no quieras. —sonrió.

Sólo pude asentir.

Si no quisiera hacerme daño no me hubiera secuestrado. Gritó una vocecita furiosa.

—Cuéntame de ti. —dijo Rosalie con un sonrisa.

Tomo asiento en una hermosa butaca frente a mí y cruzo las piernas con tanta elegancia que la mire atónita.

—Sabes no tengo amigas aparte de Alice, —confeso. —y me gustaría que tú fueras mi amiga. —Sonrió.

-¿Estudias?

-No. —respondí. —Por ahora trabajo en una biblioteca— sonreí, pues adoraba hablar de mi trabajo del cual me sentía muy orgullosa. —Es el trabajo perfecto.

Me miró ceñuda. Había confusión en su rostro.

—Es que me encantan los libros—explique. —Algún día quiero llegar a ser una gran escritora. —Sonreí al pensar en eso. Era mi sueño desde pequeña.

— ¡Qué bien! eres una persona llena de metas. Espero comprar tu Saga— dijo y reímos.

—Espero poder autografiarlos —dije y nos reímos más.

El sonido del toque a la puerta interrumpió nuestra plática.

Rosalie con la elegancia de una modelo de pasarelas fue a abrirla.

—Pasa—dijo entre dientes.

Rosalie debemos irnos—manifestó Emmet en tono serio. —Tu hermano ha llegado y quiere hablar con la chica.

—No la pienso dejar sola Emi— lo contradijo Rosalie.

—No pasara nada preciosa, él no le hará daño sólo quiere conversar con ella.

— ¿Seguro Emi? —pregunto Rosalie.

—Sí amor. Acaso, ¿Crees que te mentiría?

—Bueno te creo, pero tomare medidas. —Se giró hacia mí—Ten Bella— me dio un celular. —Si el estúpido de mi hermano se llega a pasar me llamas Ok.

—Está bien Rosalie— respondí tomando el celular.

—Rose, sólo Rose —sonrío —Aprieta el número 1 y estarás llamando a mi casa si lo llegas a necesitar. Nos Vemos Bella —se acercó y me dio un beso en la mejilla.

—Adiós Rose—me despedí agitando mi mano ya que ella se encaminaba a la puerta.

—Bella— habló el cara de niño —Ve al tercer piso a la habitación de la derecha.

Asentí cruzando mis brazos sobre mi pecho.

—Él hablara contigo allí. —termino diciendo mientras cerraba la puerta.

Caminé hacia la gran ventana de cristal que estaba en la parte de al frente de la recámara, y vi a Rosalie y Emmet subirse en una Hummer (*).

Inspirando con fuerza me armé de valor y subí las escaleras que Emmet había indicado, y con cuidado abrí la puerta de la recámara.

Por suerte no había nadie.

Sorprendida vi la gran cantidad de bolsos que se encontraban sobre la cama; habían bolsas de Victoria Secret's, Guess, Gucci y marcas reconocidas.

Pero ni siquiera me dio por curiosear.

Con calma me senté en la cama a esperar a que él se dignara en venir.

La puerta se abrió.

Y rápidamente desvié la mirada. No tenía ganas de verlo.

—Hola —susurró— Espero que estés cómoda. —dijo amable. — Podrías mirarme por favor- pidió perdiendo la paciencia al ver que lo ignoraba.

—No—dije con mucha valentía.

—Por favor... — suplicó con su maldita voz de terciopelo.

¡Qué tramposo! quien no iba a ceder con una voz así.

Giré la cabeza lentamente para encararlo. Y me quede paralizada.

Era el hombre más hermoso que había visto en mi vida.

Alto de tez lívida y pómulos fuertes y sonrosados, sus ojos eran verde esmeralda como los recordaba y su pelo cobrizo alborotado. Su cuerpo era la tentación, era musculoso y sus brazos se veían fuertes. Era un dios griego traído desde el mismísimo inframundo.

— ¿Cómo te llamas? — Preguntó con una sonrisa pícara, él muy idiota había notado como había babeado como tonta al mirarlo.

—No te importa —respondí. Y desvié la mirada.

—Sí que eres valiente —se acercó con cuidado a la cama. —Pero si me importa demasiado; ¿Cómo te llamas? — se agacho y rozo mi mejilla con el dedo pulgar.

Sentí como mi estómago se llenó de mariposas y miles de choques eléctricos traspasaron mi piel.

—Bella—pronuncie en shock— Mi nombre es Isabella, pero prefiero Bella.

—Pues Bella será preciosa —dijo y volvió a tocar mi rostro. —Mi nombre es Edward Cullen.

—Uno no soy tu preciosa y dos no me toques. —le espeté. — ¿Qué quieres de mí? —pregunte desafiante.

—Te quiero a ti—respondió con convicción.

—Eso no va a pasar —susurre al borde de la histeria y de un salto me pare de la cama. —Nunca voy a ser tuya.

—Nunca digas nunca pequeña—murmuro en mi oído.

Eso me hizo estremecer y el rió bajito.

—Déjame irme— supliqué —Por favor.

—Tienes familia —Inquirió furioso.

—No— respondí temblorosa temiendo por Charlie.

—Entonces no me pidas eso—paso sus brazos por mi cintura —Te acostumbras te lo juro.

Y sin más preámbulo me beso.

Cuando sus labios hicieron contacto con los míos no me pude controlar, le respondí a ese beso con una pasión descontrolada que desconocía.

Era la primera vez que alguien me besaba los labios y sentí que viajaba al cielo, aunque el que me besara fuera mi secuestrador.

Con ternura paso su lengua por mi labio inferior, pidiendo permiso para penetrar en mi boca y loca de deseo se lo concedí.

Nuestras lenguas danzaron como si fueran una sola en una batalla campal por aplacar nuestra sed.

Nos separamos cuando fue necesario el aire y me abrazo.

Entonces, fue cuando recordé que ese hombre al que gustosa había besado, había sido aquel que ordeno mi secuestro. Y sin pensarlo lo abofetee con fuerza.

— ¡Estás loca! —exclamó con el rostro desencajado acariciando la mejilla ya rosada por la bofetada. — No voy a obligarte a nada Bella, pero no saldrás de esta casa.

¡Te odio! —grite golpeando su pecho.

—Pronto dejarás de hacerlo preciosa. —susurro mientras olía mi cabello. —Pronto estarás debajo de mí gimiendo y rogando que te posea.

Me beso la frente y salió de la recamara con una sonrisa estúpida curvando sus hermosos labios.

Lo que más me enojaba; es que sabía que estaba a punto de caer en su juego, pues sus caricias, el tono de su voz, su presencia, su olor y el beso me estaban haciendo sentir cosas extrañas que nunca imagine llegar a sentir .

Tire mis tenis en un rincón del cuarto y aparte los bolsos de la cama. Y pensando en el hombre de ojos esmeraldas caí en los brazos de Morfeo.

Acerca del Autor

Nos dedicamos a brindar información a todos los fans de la Saga Crepúsculo. Desde entonces nos hemos encargado de cubrir premieres, eventos, actualizar día a día nueva información sobre el cast. Después de que terminó la épica Saga en Noviembre del 2012, seguimos los proyectos de cada actor como corresponde.
Lee más en: Conócenos

12 comentarios:

  1. OMG fascinante e impactante capitulo dios me encanto...Besos..

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  2. mariel nieta5/28/2011

    cuando publicas tu próximo capitulo la historia esta muy buena y me gustaría leerla hasta el final

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  3. Anónimo8/16/2011

    Estta muy buena la histtoria :)

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  4. Anónimo9/21/2011

    aww me gusto mucho la historiaa

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  5. que hermoso este primer capitulo ya me atrapo

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  6. Anónimo7/18/2012

    jajajaja esta buena la historia, acaso eres venezolana (por el tipo de historia)?? yo lo soy jajaja :P

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  7. Mmmm estoy por leer el capítulo dos....fascinante...no es lo que me esperaba, es mejor.

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  8. Anónimo7/29/2013

    Me gusta! Ya voy a por el segundo capitulo :D

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  9. Anónimo11/13/2013

    Hola nena quiero decirte que ya lei toda la novela y me enamore queria decirte que la subiria a facebook pero pondria que no es mia que es tuya y te daria creditos si nena gracias

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  10. Anónimo5/05/2015

    Me alegro tanto de haber encontrado otravez el finc ya que lo habia leido de Facebook, estoy muy feliz de volver a leerlo:D

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