Cap 4: Eterna Noche

Por DiarioTwilight   Publicado a las  1:26 p. m.   4 comentarios

CAP.4 – SEGUIR ADELANTE.

Decatur, Illinois. Otoño de 1922

Bella POV

Hoy me tocaba a mi quedarme junto a la cama de mi padre. Su enfermedad lo tenia a maltraer y hacia días que estaba muy dolorido.

Después de volver de Europa, al final de la guerra, el frío pasado en las trincheras había hecho mella en el. Su cuerpo había desarrollo artritis reumatoidea. Pero lo peor era que había afectado sus pulmones y sobre todo, su corazón.

Mi amado papi! Cuando tosía a veces se quejaba del dolor y se tomaba el pecho. Y yo me sentía una inútil!

A mis 11 años recién cumplidos, cumplía funciones de enfermera y en mas de una ocasión, de líder de la casa, lo cual ocasionaba continuas discusiones entre el y mi madre.

Rene, mi madre, nos amaba pero era algo infantil y le costaba asumir la realidad. El cada día se volvía mas débil y finalmente moriría. Ella trabajaba en la tienda en el pueblo todas las tardes, después que yo volvía de la escuela. Así, el nunca se quedaba solo.

En estos días, su cuadro había empeorado. Ha pasado un par de noches con fiebre alta y le costaba mas respirar.

El Dr. McEnroy había pasado por la casa y me dejo un anuncio devastador: "Debes ser fuerte jovencita, porque el fin esta cerca". El viejo amigo de mi padre palmeaba mi hombro tratando de consolarme. Esa tarde después que se durmió, me la pase llorando en silencio, mientras preparaba una sopa para cenar.

Anoche apenas había dormido. Se que lo hice por un par de horas, pero desperté cuando en el cielo comenzaban a verse los primeras pinceladas rosas y púrpura del amanecer. Rene se había quedado de guardia.





La finca se veía tranquila, aunque la vista desde nuestra ventana era deprimente. El campo que una vez había sido verde y lleno de cultivos de maíz, lucia yermo y negro con las primeras luces del día.

La enfermedad de mi padre nos había causado serios problemas económicos y teníamos muchas deudas. Pero mama no quería que trabajara, aunque lo hacia en casa.

Ya nos habíamos gastado lo ganado en la ultima cosecha. Luego de eso, mi padre cayo en cama y no se volvió a levantar. No pudimos comprar nuevamente semilla para plantar porque el dinero se uso en el tratamiento medico de Charlie. Nosotras solas, tampoco podríamos haber sembrado, aunque los vecinos ya se habían ofrecido a ayudarnos. El problema mayor era que sin semilla no había forma.

Yo fui la que tuve que decirle a mi madre que Charlie moriría antes de lo que esperábamos. Su llanto fue peor que el mío y me obligo a sacudirla de un brazo para que no hiciera tanto escándalo. No podía permitir que mi padre la escuchara. Se imaginan? Yo poniendo en raya a mi madre!

Cuando logre que se calmara un poco, se abrazo a mi y me prometió que todo saldría bien. Que ella buscaría una solución y que no nos sucedería nada. Quería tener fe en sus palabras, pero no podía.

Así que en la guardia de hoy intentaría pensar en cuales eran nuestras opciones. No teníamos casi nada para vender, a excepción de mi pequeña biblioteca. Pero los libros no serian gran cosa.

Por otro lado, estaba el tema de la hipoteca. El había venido a la casa varias veces para tratar de avisarme del estado del préstamo con el banco. En una ocasión, mi padre pidió hablar con el. El entendía, pero me dijo que el banco no.

Me puse de pie y camine lentamente hasta la ventana. No había luna hoy, aunque las estrellas parecían brillar mas que nunca. No podía imaginar un futuro, como tampoco podía proyectar un deseo, una ilusión.

Lo extraño es que no estaba desilusionada por ello. Es como si en mi cabeza, inconscientemente, tuviera la tonta esperanza de que algún día fuera feliz.

Lo escuche toser y removerse inquieto en la cama. Escuche su voz, como un susurro, llamándome

-Aquí estoy, papa! – El abrió los ojos y tomo mis manos para apoyarlas en su corazón.

-Mi Bella! Mi niña... Perdóname!

-Perdonarte? Por que? – dije bajito

-Por dejarte tan pronto! Por no darte mas seguridad para afrontar la vida! Que será de ti? Y de tu madre? – y volvió a toser.

-Papa, por favor, no te pongas así! Hablas como si te estuvieras despidiendo... Me vas a hacer llorar – y respire profundo para no hacerlo.

-Bella, lo siento. Pero es la realidad, hija. Pero necesito, para estar en paz, que me prometas algo – y su voz era muy leve

-Lo que quieras...

-Prométeme que siempre serás tu misma. No te dejes influenciar por las personas que te rodean. Serás una mujer fuerte, Bella! Lo se! Debes seguir adelante sin mirar atrás. Pero nunca dejes de luchar por tus sueños y tus convicciones. Siempre debes amar con todo tu corazón! – Y mis ojos se estaban llenando de lagrimas – Lamento que no voy a estar ahí cuando te cases. Pero si lo haces, hazlo con un hombre al que ames y que te ame a ti de la misma manera. Que sea capaz de cuidarte y protegerte todo lo que yo no pude. Me lo prometes?

Y me arroje sobre su pecho a abrazarlo. Mientras mis lagrimas salían en silencio, el acariciaba mi cabeza. Respire profundo y lo mire. Sus ojos cansados y aguados esperaban mi respuesta.

-Si, Papa. Te lo prometo!

-Ay mi niña! Te amo muchísimo! Fuiste el regalo mas hermoso que me ha dado la vida...

-Papa!

Volví a abrazarlo para llorar sobre el y me apretó contra su pecho. En un momento, sentí que esa presión cedía. Al levantar la cabeza, me di cuenta que se había ido.

Grite con todas mis fuerzas llamando a mi madre y ahí nos quedamos las dos, rodeándolo y llorando hasta que los primeros rayos del sol nos sacaron de nuestra angustia.

Fui a la sala y llame por teléfono al Dr. McEnroy. El llego enseguida y preparo el acta de defunción. Me pidió el teléfono y al rato llego el padre Forrester a consolar a mi madre, y nuestras vecinas.

No se como pero fui a mi cuarto, me cambie y peine, y le pedí al Doctor que me instruyera en lo necesario para preparar el funeral. El padre Forrester se sentó con nosotros y también ayudo.

A las 4 de la tarde, en el cementerio de la capilla, le estaríamos dando sepultura a mi padre. El Sr. Bartow, el carpintero del pueblo, me facilito el féretro a cambio del reloj de papa y me regalo la lapida. Fue muy generoso con nosotras.

Le pedí a la Sra. Larson que ayudara a mi madre para estar lista mientras arreglaba cosas en la casa. Sabia lo que sucedería después del funeral y no podía contar con Rene.

En el interin de mis preparativos, el cartero toco a nuestra puerta. El pobre Adam me dejo sus condolencias y una carta dirigida a mi madre de su prima Gertrude, de Chicago. Se la lleve de inmediato, aunque la deje sobre su mesa de noche, mientras la Sra. Larson la consolaba ante su llanto repentino. Por lo menos ya estaba cambiada y llevaba puesto el único vestido negro que poseía.

Termine en mi cuarto con lo necesario y fui a la cocina. Prepare te con unas galletitas y puse la bandeja en la sala. Le pedí a las mujeres que salieran de la habitación y se fueran a tomar el te, con mi madre incluida. Le mostré la carta y la puse en su bolsillo.

En el cuarto de René volví a observar todas las cosas de mi padre. Guardaría, como tesoro personal, su medalla al valor bajo fuego y varias fotos.

Termine allí y las acompañe en la sala. Escuche llegar un auto y era el viejo doctor que nos venia a buscar.

El funeral fue breve, gracias a Dios! Nuestros vecinos, mi maestra, algunos de mis compañeros del colegio con sus padres, la encargada de la tienda donde trabajaba mi madre, el doctor, el carpintero y varias personas mas que nos acompañaban.

La tumba finalmente estaría próxima a un grupo de arbustos. Tal vez en primavera tuvieran flores. Mi madre se apoyo en mi hombro, llorando todo el tiempo, mientras a mi no se me caía una lagrima. Ya había llorado lo suficiente con el en vida y lo había acompañado al momento de morir. Era mas que suficiente. Necesitaba serenidad y calma para apoyarla a ella.

Soporte lo mejor que pude las condolencias de todos. Al finalizar, el doctor y el padre nos acompañaron a casa. Eran las 5 y media de la tarde.

Al llegar, mi madre se encontró con una sorpresa, pero yo ya sabia que esto sucedería. El señor Morgan junto con dos policías, nos esperaban sentados en la galería.

-Buenas tardes, ... Bella. Lamento mucho su perdida! – ambas asentimos. Mientras el hombre se secaba el sudor de la frente con un pañuelo.

-Que hacen aquí, Sr. Morgan?

-Sra. Swan, lamento decirle que vengo con una orden para ejecutar la hipoteca. Se que no es el momento...

-Pero como se atreven? En el día en que hemos enterrado a mi esposo? Como pueden?

-Es algo que esta mas allá de mi, señora! Le pedí al gerente del banco si podíamos aplazarlo hasta mañana, pero el también cumple ordenes. Deberá Ud. entender...

-Como puedo entender? Que será de nosotras? Tengo una niña de 11 años, Morgan! Que se supone que debemos hacer? – y entonces decidí intervenir porque una discusión no solucionaría nada.

-Mama, por favor. El Sr. Morgan ya se siente bastante mal como para que compliques algo que ya no tiene solución.

-Pero Bella...

, puedo sacar las maletas de mi casa así nos podemos ir? Es necesario que los oficiales revisen nuestras cosas para que vean que solo son nuestros efectos personales? – Los policías se relajaron y me miraron con respeto. El se saco el sombrero y lo apoyo sobre su pecho.

-No, Bella. No es necesario. Y si, por favor, no hay problema en que saquen sus cosas. Te lo agradezco de corazón.

Al hombre solo le faltaba esconder su cabeza dentro del saco. Transpiraba y todo su cuerpo transmitía un enorme desconsuelo y un gran sentimiento de culpa.

Mi madre me miro furiosa y entro a la casa insultando y maldiciendo. La seguí silenciosa. Afuera se quedaron el doctor y el padre hablando con los hombres. Mientras tanto, fui a mi cuarto a tomar mi bolso y luego el de ella.

-Bella, como es posible que supieras que esto iba a pasar? No... No entiendo como...

-No importa, Mama! Puedes revisar si hay algo mas en tu cuarto que desees llevar y haya olvidado?

Ella me miro perpleja, y entro a la habitación. En cuanto cruzo la puerta se puso a llorar nuevamente. Todos nuestros recuerdos perdidos junto con mi padre. Era demasiado para un día.

Fue a sacar su pañuelo y al momento se cayo la carta que se encontraba en el mismo bolsillo. La levante y la abrí

La prima de mi madre, Gertrude, estaba enferma. Le decía a Mama que si papa moría, que pensáramos seriamente en mudarnos con ella. Que necesitaba compañía porque su diabetes la tenia a mal traer y nosotras tendríamos un lugar para vivir.

-Mama, lee esto! Mi Ángel de la guarda ha escuchado mis oraciones! Mira! – y le entregue la carta. Ella leía y se secaba las lágrimas.

-Oh Bella! Debemos dar las gracias a tu Ángel guardián!

-El siempre me cuida! – y nos abrazamos – Ahora... Podemos irnos?

-Y adonde, hija?

-Le podemos preguntar a la si nos deja pasar una noche en su casa. La pediremos al doctor que mande un telegrama a la prima y mañana podríamos partir a Chicago en tren, no? Tienes algo de dinero?

-Si, pero hay algo mas. – Dio la vuelta a la cama, retiro la mesa de noche y levanto una tablilla del piso. Saco una bolsita de cuero y allí había escondido mas dinero. – Lo estaba ahorrando para tu educación.

-Ya tendremos tiempo de pensar en eso mas adelante.

-Oh, Bella! Que haría yo sin ti!

Le sonreí y la ayude a pararse. Salimos de la casa con nuestras maletas con la frente bien alta. No hizo falta pedir ayuda, la ya nos estaba esperando para llevarnos a su casa.

Mientras todos se subían al auto del doctor, me quede observando como las puertas y las ventanas de la casa eran selladas.

Mi corazón estaba roto pero sanaría. Y además le había prometido a mi padre que seguiría adelante... sin mirar atrás

Acerca del Autor

Nos dedicamos a brindar información a todos los fans de la Saga Crepúsculo. Desde entonces nos hemos encargado de cubrir premieres, eventos, actualizar día a día nueva información sobre el cast. Después de que terminó la épica Saga en Noviembre del 2012, seguimos los proyectos de cada actor como corresponde.
Lee más en: Conócenos

4 comentarios:

  1. Anónimo9/23/2011

    Buenismo.. Espero que los dos se encuentren unos cortos años después..

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  2. palitatj10/28/2011

    me gusta aunque estoy llorando me gusta !! xoxoxoxoxoxo

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  3. ahiii pobre Bella !! mg la historia! segila!

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  4. Anónimo4/01/2012

    hayy esta muy triste estoy llorando a lagrimones en este momento

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