Cap 18: Futura Señora Cullen

Por DiarioTwilight   Publicado a las  9:19 p. m.   4 comentarios

Capítulo 18: La Push

BELLA POV

Hacia una hermosa tarde, era verano, pero el sol no hacía que nos derritiéramos de calor, por eso me apetecía caminar y pasear un rato, así que cuanto ordenamos un poco todo, y después de ayudar a Emily a lavar los platos tras haber terminado todos de comer completamente, le dije a Edward que diéramos un paseo, quería llevarlo a la playa de la Push, además aprovecharía el hecho de que la playa estaba cerca de aquí y así podríamos ir caminando; más bien quería pasar un ratito agradable con él, y al parecer él quería lo mismo, porque no lo dudo ni un segundo y acepto de buen agrado mi idea. No queríamos ser maleducados por lo que invitamos al resto de la familia a venir, quizá Seth se animara o incluso Leah, a pesar de que esta ultima estaba de resaca… pero ninguno de los presente en aquella habitación quiso acompañarnos, pues más bien creo que fue porque nos querían dejar un rato a solas, en nuestro propio espacio rodeado de intimidad, o quizás eran meras ideas mías, debidas al hecho de quo yo si necesitaba estar un rato con Edward a solas.

Salimos de aquella casa cogidos de la mano, y no sin que antes Edward le prometiera a Seth que nuestro paseo no se alargaría mucho, pues volveríamos para que ambos pudiesen jugar su glorioso y deseado partido de baloncesto, para después caminar tranquilamente hacia la playa de la Push; no estaba muy segura de que Edward alguna vez hubiera estado en la Push, y si lo había estado debió de haber sido hace muchísimo tiempo, porque que yo recuerde en nuestras últimas visitas a Forks, no habíamos venido hasta aquí.

-Me encanta este sitio-dije cuando llegamos a la playa (FP)-todo sigue igual, aun se puede respirar esta paz, se puede sentir esa humedad que envuelve a los arboles, el sonido de las rocas romper con los acantilados-dije cerrando los ojos y sintiendo como la fría brisa marina que aquella playa albergaba me rodeaba. Cuando abrí los ojos Edward me observaba con fascinación.




-¿Por qué te gusta tanto este lugar?-pregunto con un tono de voz curioso pero a la vez asombrado

-Simplemente me trae buenos recuerdos-dije mientras me sentaba en la fresa arena de pequeñas y oscuras piedrecillas a una distancia muy prudente de donde rompían las olas (FP), para después palmear con mi mano en la arena a mi lado para que Edward se sentara junto a mi.-Ves aquel acantilado-señale hacia el horizonte cuando Edward estuvo sentado junto a mí. El enfoco la vista en la enorme roca a escasos metros de nosotros y asintió con la cabeza-Jacob y yo solíamos tirarnos desde allí cuando teníamos 15 años- dije sonriendo recordado la adrenalina que inundaba mi cuerpo cuando saltaba desde ese alto acantilado, era una sensación que superaba a cualquiera que hubiera experimentado en ese entonces.-Charlie nunca llego a enterarse, el agua estaba tan fría, recuerdo que me calaba hasta los huesos, pero el frio que sentíamos era compensado por el subidón de adrenalina, era algo poderoso, Jacob siempre gritaba antes de saltar, parecía un lobo aullando -reí al recordar eso mientras que con mis ojos observaba los altos y verdes pinos que rodeaban la playa, delante de los cuales había grandes y secos troncos tirados en el suelo, a causa de las tormentas que solía haber durante los meses de otoño en esta zona.

-Así que eras una fanática de los deportes de alto riesgo-dijo sonriendo mientras me atraía hacia él pasando sus brazos alrededor de mi cuerpo-

-No, solo me gustaba el santo de acantilado-reí

-Si te hubiese conocido cuando tenías 15 años, creo que no hubiese soportado verte tirarte desde un acantilado, aunque para ti sea un deporte, creo que te habría esposado a tu cama, antes de permitir que saltases por ahí-dijo besando mi mejilla, y yo sonreí

-Hubiera encontrado la manera de seguir practicándolo, aunque a ti te hubiera dado un ataque de ansiedad-le sonreí

-Lamentablemente, sé que lo hubieras hecho-me abrazo más fuerte-me alegro de que hayas dejado ese hobbit tuyo, pero tengo curiosidad ¿Por qué dejaste de practicarlo?-me pregunto

-a los 17 años, tuve un pequeño accidente, salte de mala manera, y me fracture un tobillo, además de numerosos rasguños-su cara se pobló de preocupación, y se arrugo ante el dolor-no te preocupes como puedes comprobar no estoy muerta-dije con gracia-aunque creo que fue de milagro, aun no entiendo como solo me pude fracturar un tobillo…-murmure, ya que realmente la caída que sufrí fue bastante fuerte como para haberme roto las dos piernas y unas cuantas costillas seguidas de múltiples hematomas en la cabeza, sin en cambio salí con muchísima suerte de aquella caída al haber tenido únicamente una fractura leve- el caso es que Sue nos descubrió a Jacob y a mí, y desde ese día nos prohibió seguir haciendo esas cosas, y aunque después en un par de ocasiones, cuando estuve recuperada, volvimos a saltar, Jacob no dejo que lo hiciera tan seguido, él tenía miedo de que si me volviera a pasar algo no corriera con la misma suerte, además él no se perdonaría que yo me volvía a hacer daño, así que simplemente ambos con el tiempo dejamos esa afición-termine de explicarle

-Prométeme que no vas a volver a hacer alguna estupidez como esa, promete que no vas a volver a saltar desde un acantilado-dijo preocupado

-¿Qué...?-dije sin entender-hace años que no salto cariño, no tienes porque sentir preocupación-

-Lo sé, pero tu cabecita está muy loca, ¿Quién no me asegura que un día quieras volver a "experimentar"?-dijo haciendo las comillas con sus dedos-no soportaría que algo malo te pasase Bella, te quiero demasiado, simplemente no lo soportaría-dijo

-Amor, en el caso en el que volviera, por alguna remota posibilidad, a saltar no me pasaría nada, si aquel día me lastime, fue porque las condiciones para saltar no eran buenas, hacia mucho viento y el oleaje era malo, yo no quise verlo, y por eso me lastime, pero aprendí de mi error…y... -me interrumpió

-Prométemelo por favor-me miró seriamente

-¿sabes que lo prohibido es tentación?-dije sonriendo

-Sí, lo sé demasiado bien, tu para mi estabas totalmente prohibida, fuera de mi alcance, y al final acabe enamorado de ti-me miro dulcemente antes de besarme rápidamente los labios, instintivamente tras el beso pase la lengua por mis labios y el sonrió, pues me había quedado con ganas de alargar nuestro beso.-pero este no es el mismo caso, por favor…si me lo prometes quedare más tranquilo….-me volvió a besar rápidamente

-No tengo intención de volverme a subir a una roca alta y peligrosa y tirarme al mar-exagere el tono de voz -, así que te lo prometo-dije sonriendo mientras jugueteaba con la arena entre mis manos, mientras ponía toda mi atención en el cielo el cual estaba algo nublado, pero aun así los rayos de sol que se colaban por las espesas nubes provocaban que el océano brillara. Tras unos minutos volví a bajar la mirada, hasta encontrarme con la suya-en esa etapa de mi vida yo pensaba muy distinto a como pienso ahora-admití

-¿Qué pensabas antes?-se intereso

-bueno ya sabes, lo típico, eres adolescente, te gusta divertirte, salir, nuevas experiencias –murmure como si fuese lo más obvio del mundo- y aunque yo nunca fui una adolescente normal, lo admito, siempre fue algo más madura, pero al fin y al cabo en el fondo seguía siendo joven, por lo que de alguna u otra forma sentía lo mismo que todos los chicos de mi edad, por eso en esa época la idea del salto de acantilado, el subidón de adrenalina, y el peligro me atraía mucho, sin en cambio ahora no es así.

- y… ¿Qué te atrae ahora?- pregunto con un serio interés mientras se puso a juguetear con sus dedos sobre la piel de mi brazo, provocando en mi ligeros cosquilleos

-Tu-dije sin pensar, y el sonrió-

-Bien, esa era la idea-bromeo-pero aunque tú también me atraes, bueno más que eso, me tienes loco, pero sabes a lo que me quería referir con la pregunta-dijo y yo me deje caer sobre su costado. Sabía lo que había querido preguntar, entendía lo que quería saber…

-Lo sé, y verdaderamente esa es mi respuesta-sonreí-en estos momentos me atrae la idea de pasar el resto de mi vida junto a ti, tú eres en lo que pienso, tú eres lo que quiero, tu y solo tú, quiero ser feliz contigo, quiero estar ahí siempre para ti, quiero cuidarte, amarte…para nada quiero experimenta adrenalina, claro a no ser que no sea contigo-dije en un tono sugerente, y el rio provocando que mi cuerpo vibrara junto al suyo.

-¿has dicho cuidarme?-pregunto con el ceño fruncido mientras me miraba

-Si cuidarte, yo tampoco soportaría perderte, si te pasase algo me hundiría en lo más hondo…

-No me va a pasar nada, no mientras tu estés conmigo, eres lo que necesito para ser fuerte, lo único que necesito-dijo verdaderamente en serio, mis ojos se humedecieron solo ante la horrible idea de que el aluna vez pudiera estar en peligro.

-Siempre voy a estar contigo, te lo prometo, no voy a permitir que nada ni nadie te aparte de mi vida Edward, te necesito junto a mí para vivir mi vida, nuestra vida-dije en un susurro, porque al fin y al cabo mi vida no era nada si él no estaba junto a mí.

-Ven preciosa-me dijo, yo alce la vista para poderlo ver, el me indico que me sentara en frente de él, y así lo hice me senté nuevamente sobre la arena, pero esta vez entre sus piernas, quedamos cara a cara, mientras que mis piernas quedaron colocadas cada una a un lado de su cuerpo, él me acerco más a este, y con sus manos acuno mi rostro, para mirarme con la mirada más pura que jamás había conocido, con la suya, y el inconfundible brillo de esta

-Escúchame bien mi vida, nadie me va separar de ti nunca-dijo y yo asentí con la cabeza mientras lo miraba-y pobre del que lo intente-bromeo y yo sonreí, el sería capaz de matar a cualquier persona que intentara, nuevamente, dañarme a mi o a nuestra relación, porque ya una vez hace años alguien lo intento, y aunque en parte no consiguió lo que quería, que era arrancar a Edward de mi lado, si que logro causarme a mí, personalmente, mucho daño, y no me refiero a un daño físico, me refiero a un daño emocional… pero claro que si eso se volviera a repetir, las circunstancias ahora eran muy distintas ya que yo en estos momentos me sentía con más confianza y fuerza que nunca para defender con uñas y dientes a Edward, y a los sentimientos que ambos nos teníamos el uno respecto al otro, sin que Edward y yo saliésemos lastimados esta vez- planeo estar tanto tiempo a tu lado que cuando cumplamos 80 años, vas a estar tan harta de mis manías y de verme todos los días que terminarás por mandarme de una patada a Japón-continuo bromeando sacándome la mejor de mis sonrisas

-Por muy cansada de ti que este-bromee, ya que eso sería algo totalmente imposible que sucediera-nunca podre librarme de ti, porque a los 80 años no podre dar buenas patadas-sonreí

-tonta-dijo besando mi nariz después de soltar una estruendosa carcajada que me hizo reír a mí también

-tonto-le respondí sonriendo antes de alcanzar sus labios.- ¿te confieso algo?-le pregunte sobre sus labios, y él se separo para mirarme nuevamente intrigado-una parte de mi tiene miedo, miedo de que esta felicidad se acabe, todos estos años contigo han sido increíbles, pero esa parte de mi subconsciente cree que no es justo merecer tanta felicidad, y eso me aterra, porque no puedo evitar sentir miedo de que algún día la felicidad que nos rodea simplemente desaparezca...-dije sinceramente

-No lo creo, no creo que esto sea injusto, al contrario, la vida nos está recompensando por el dolor que ambos sentimos en el pasado, porque mira que nos costó llegar hasta aquí...-sonrió torcidamente

-Si…-suspire-nos costó mucho, cometimos errores, tu por ser un idiota, y yo por ser tan testaruda-admití recordando los numerosos errores que ambos cometimos, es cierto que él tuvo sus grandes fallos y meteduras de pata, pero yo no me quede atrás, incluso cuando llego nuestra época feliz, cuando los dos comenzamos a unir nuestros caminos, cuando las cosas por fin encajaban, yo cometí un gran error, dude de sus palabras, dude de sus sentimientos, por unos momentos mi inseguridad y desconfianza, que creía que había superado, reaparecieron dañando lo poco, pero hermoso que Edward y yo habíamos logrado construir en un principio, esa maldita conversación con Tanya me hizo dudar de él , y eso le provoco dolor ¿Cómo pude llegar a creer por un momento las palabras que Tanya me dijo? Dios fui tan tonta, pero ese error me hizo aprender, ese maldito error logró que me hiciera más fuerte, que superara mis inseguridades, que creyera en Edward realmente, que destruyera las últimas barreras que me quedaban para ser feliz, Tanya me hizo daño, y mucho, pero nunca podre arrepentirme de aquella vez, en la que ella y yo nos dijimos a la cara lo mucho que ambas nos detestábamos y el rencor que mutuamente nos teníamos; ella había esperado la oportunidad perfecta para hacerme aun más daño, y yo necesitaba decirle todo lo que la detestaba, porque la odiaba, claro que la odiaba, se metió con lo que yo mas quería, me ataco justo en mi punto más débil, se metió en la cama del hombre al que amo, y no es que la culpe solo a ella, lamentablemente Edward tuvo el mismo grado de culpabilidad que ella, sin embargo a Edward jamás podría odiarlo, aunque él, hipotéticamente, la hubiera elegido a ella, nunca podría haberlo odiado, eso era algo que no podía hacer por mucho que lo intentara, simplemente no podía, no concebía la idea de experimentar ese sentimiento hacia Edward, era algo totalmente imposible. Pero a Tanya….a ella la llegue a odiar tanto, el daño que me hizo fue tan grande que jamás creí poder perdonarla, y no es que ahora le tuviera afecto, simplemente en estos momentos no sentía nada por ella, pues era alguien a quien no me apetecería volver a ver, al menor no por ahora, y probablemente no hasta dentro de mucho tiempo, porque que no la odiara no significaba que me agradara el hecho de encontrarme con ella nuevamente cara a cara, por eso he de admitir que me sentí bastante tranquila al saber que ella se había marchado con sus padres a Australia, sobre todo después de dejar en mi mente encuentros tan desagradables y agridulces como los que quedaron grabados en mi mente tras nuestro inevitable encuentro hace años, un tiempo después de que Edward y yo arregláramos las cosas entre nosotros, y con eso me refiero a intentar olvidar, por mi parte, que se había follado a una zorra después de decirme que me amaba…

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Me vestí en un tiempo record, creo que en apenas 10 minutos me había enfundado unos cómodos vaqueros, junto con una camiseta algo holgada color gris y me había calzado con unas simples sandalias plateadas planas (FP), volví a mirar el reloj antes de entrar en el baño para arreglarme el desastre de pelo con el que había amanecido, este marcaba las 8:30 de la mañana, si no me daba prisa llegaría tarde a la universidad, pues hoy mi primera clase comenzaba a las 9: 10 a.m. por lo que rápidamente me metí en el baño, donde me agarre el pelo en un cola, pues no tenía tiempo para andar arreglándomelo más, después corrí literalmente te a la cocina donde me serví algo de café, suerte que Ángela lo había preparado esta mañana antes de irse, normalmente nos íbamos juntas a la universidad puesto que teníamos el mismo horario, estudiábamos la misma carrera y estábamos en el mismo año, pero hoy ella había tenido que salir antes, pues Ben, un amigo muy cercano a Ángela saldría unos días de Estados Unidos, por motivos familiares y Ángela había insistido en acompañarlo al aeropuerto, según ella solo iría a acompañar a un buen amigo como lo habría hecho si hubiera sido yo, pero aunque aun no me lo había confesado sabia que Ben le gustaba bastante, pero por el momento ambos solo eran amigos, pero las acciones de Ángela delataban lo loca que estaba por ese chico, ella me había contado que Ben regresaría en 5 días, y en su voz, pude notar que a ella le entristecía el hecho de no poder ver a Ben durante ese periodo de tiempo, porque la verdad últimamente esos dos se veían muchísimo, incluso habían salido a cenar un par de veces, pero Ángela se negaba a llamar a eso "cita" según ella era solo una cena de buenos amigos sin segundas intenciones; estoy segura que si fuera por la propia Ángela no habría dudado ni un segundo en marcharse con Ben a donde quiera que fuera para que no estuviera solo durante su viaje, pero también estaba segura de que Ben no habría permitido que su "amiga" perdiese las primeras clases de nuestro 2º año de carrera, ya que era importante iniciar el segundo curso universitario con buen pie además de la toma de contacto con los nuevos profesores, así que Ángela y Ben habían quedado en la casa de este ultimo una hora antes del comienzo de las clases y dos horas antes de que el avión de Ben despegase , por lo que mi amiga había salido de casa muy temprano para acompañar a Ben al aeropuerto, por lo que supongo que la vería en nuestra primera clase. Era Septiembre, y en Chicago comenzaba a hacer algo de frío, pues el otoño estaba al caer, así que agradecí enormemente que el café aun siguiera caliente, en realidad odiaba llegar tarde, pero solía suceder a menudo cuando Edward se quedaba a dormir aquí en casa, que aunque no habían sido muchas veces siempre que lo hacía se me pegaban las sabanas (*), y salía corriendo como una loca hacia la universidad, creo que tenía tanta prisa que apenas tenía tiempo tan siquiera de echarlo de menos, en estas casi 3 semanas que llevábamos juntos me costaba horrores sepárame de él, estaba completamente obsesionada por estar todo el tiempo cerquita de él, pero lamentablemente eso no siempre podía ser así, yo tenía que estudiar, asistir a clases, pasar la mayoría de las tardes en la biblioteca durante la semana…y él tenía que trabajar, pero siempre conseguíamos unas horitas para nosotros dos. Cuando estuve lista completamente, tome mi blog de notas de la universidad junto a mi estuche y los metí en mi gran bolso, el que siempre solía llevar a la universidad, hoy estaba algo vacio, en comparación con otros días, ya que esta mañana tan solo tenía 3 clases programadas, así que sería un día tranquilo; baje las escaleras de dos en dos, ya que mi paciencia no era suficiente para esperar a que el ascensor, que al parecer estaba siendo usado, llegase hasta la tercera planta y se abriera, así que en poco tiempo llegue al garaje del edificio, donde me monte en mi coche, y deje mi bolso en el asiento del copiloto para después arrancar el coche, y en ese instante fue cuando mi mala suerte decidió hacer acto de presencia, ya que por más que lo intente el coche no se dignaba a arrancar, ¿Por qué tiene que elegir hoy para estropearse? Y ni de coña me daba tiempo llevarlo a un taller mecánico, así que tras volverlo a intentar nuevamente como unas 5 veces, decidí dejar de perder el tiempo, y salir a la calle a buscar un maldito taxi, y así estuve en la calle durante unos 10 minutos, y nada todos los taxis que pasaban estaban ocupados….por un momento me plantee seriamente la idea de ir corriendo a la universidad, tampoco estaba tan lejos, ya que el campus universitario se encontraba a 5 manzanas de aquí, pero deseche la idea cuando mire el reloj, pues corriendo tardaría demasiado, además seguro que tal y como me iba el día hoy, me tropezaría…

Sin más remedio, saque el móvil y marque el numero de Edward, me jodía molestarlo ya que el también tenía que entrar a trabajar a las 9 pero igual quedaba la probabilidad de que le diera tiempo a llevarme a la universidad, en estos momentos agradecía el hecho de que él viviera cerca de mi casa, ahora, al igual que en otros casos, llegaba a ser realmente útil. Respondió a mi llamada en el cuarto pitido.

-Hola hermosa-contesto esa reconocible voz aterciopelada-¿tan pronto me extrañas? Hace tan solo dos horas que he salido de tu casa…-dijo divertido

-Hola Eddie- lo salude y el bufó al otro lado de la línea, inevitablemente yo solté una gran carcajada, pues anoche antes de irnos a dormir había estado burlándome de él, llamándolo por el sobrenombre que Emmett le había puesto desde hacía años, cuando ellos eran unos críos, él realmente odiaba que lo llamaran así, pero su reacción provocaba que yo siempre riera, parecía querer matar a toda la humanidad cuando alguien lo llamaba así-

- No deberías llamarme así, a caso ¿anoche no aprendiste la lección?-dijo, y yo sonreí ante ese recuerdo, la pasada noche , cuando Edward descubrió mi debilidad ante las cosquillas, ya que yo era extremadamente sensible a ellas, encontró en ese dato su mejor forma de venganza por haberlo llamado Eddie durante horas, así que ni corto ni perezoso y sin mucha dificultad consiguió inmovilizar mis manos, que trataba inútilmente de detener a las suyas, y comenzar a hacerme cosquillas en mis costados, causando que yo riera como una loca, y suplicándole que parase, y tras suplicarle mucho conseguí que parase, pero yo no me resistí y volví a burlarme de él así que sin darme tregua volvió a hacerme cosquillas, por lo que al final de nuestra sesión de juego yo termine con un horrible dolor de abdomen a causa de la risa, además de que Edward se burlara de mi diciendo que era una "niña tonta hipersensible a las cosquillas con dolor de abdomen" causando que yo me riera de mi misma junto con él, sin duda anoche fue uno de esos tantos momentos en los que me sentía plenamente feliz y orgullosa de estar con él, y de poder disfrutar de su compañía cómodamente

-Sí que la aprendí, pero ahora no estás aquí para vengarte, así que no te tengo miedo Eddie-sonreí

-Oh,…muy bien, tendré esta conversación muy en cuenta cuando volvamos a vernos Swan-dijo amenazadoramente

-Quizá nos veamos más pronto de lo que crees-

-Admítelo me echas de menos-juraría que estaba sonriendo como el arrogante que era

-No te echo de menos-mentí con voz firme, y el soltó una carcajada

-No te creo, pero a ver dime ¿Por qué nos vamos a ver antes de tiempo? Que yo sepa hasta esta tarde no nos vamos a ver, y dudo que lo hagamos antes, aunque si así fuera estaría encantado de volver a verla señorita Swan- dijo con voz caballerosa haciéndome reír-las horas sin ti se me hacen eternas-dijo ahora con voz más sincera, pues me daba la sensación de que ahora no estaba bromeando.

-¿cómo vas de tiempo esta mañana? Necesito que me hagas un mini favor-enfatice la palabra mini

-Bien, aun tengo tiempo de llegar al hospital, ahora estoy desayunando, así que voy sin prisa, ¿Por qué lo preguntas preciosa?

-Porque necesito que me acerques a la universidad, mi coche ha decido no arrancar esta mañana, y Ángela no está-dije lo evidente, ya que esta prácticamente había salido de casa a la misma hora que Edward-he intentado pillar un taxi libre, pero ya sabes que a estas horas no suelen haber muchos, tampoco quiero que tu llegues tarde, así que si no puedes no te preocupes…

-No seas tonta, salgo para tu casa ahora mismo, no me cuesta nada dejarte en la universidad, prácticamente me pilla de camino, además hoy, raramente, no voy con el tiempo justo-sonreí-

-gracias-dije sinceramente

-No tienes porque darlas amor, nos vemos en unos minutos-aseguro-te quiero

-vale entontes hasta pronto-me despedí-yo también te quiero

Así que tras cortar la llamada y esperar unos cuantos minutos en la puerta de mi edificio, Edward estaciono su coche cerca de la acera, por lo que rápidamente me monte en su Audi negro, donde nada más entrar una acogedora sonrisa me volvió a alegrar la mañana.

-Buenos días, nuevamente-añadí sonriendo mientras me abrochaba el cinturón y me acomodaba en el asiento después de haberme inclinado hacia él y haberle dado un beso. Estaba irresistible con corbata y camisa, lucia realmente guapo.

-Sin duda, muy buenos días-me respondió para después, volverme a dar un beso muy tierno antes de comenzar a conducir hacia la universidad, durante el camino, estuvimos bromeando sobre lo ocurrido la noche anterior, pues habíamos alquilado unas pelis, pero al final Ángela, la cual también se había unido a la noche de pelis, Edward y yo comenzamos a hablar y bromear por lo que ninguno de los tres se había enterado ni tan si quiera de que iban las películas, también le conté a Edward que esta tarde tendría que llevar el coche al mecánico, en estos momentos era cuando mas echaba de menos a Jacob, el siempre había sido un manitas en el tema de la mecánica, y estoy segura de que habría sido capaz de repárame el coche, pero Jacob estaba bastante lejos en estos momentos así que tendría que llevar mi coche a un taller.

En pocos minutos, llegamos a la universidad, agradecí no llegar tarde ya que aun me sobraran algunos minutos, y eso se lo debía a que la velocidad a la que conducía Edward era algo más rápida de lo normal, cosa que nunca me había gustado pero aun así él nunca me hacía caso cuando lo reprendía, ni siquiera entendía como podía ir tan deprisa por las mañanas, y menos aun cuando era la hora punta en Chicago, donde había un tráfico horrible y detestable a primera hora del día.

Paro el coche en frente de la entrada al campus, yo mire por la ventanilla, para observar como este estaba bastante transitado, lo cual era perfectamente normal, todo el mundo comenzaba a llegar, y a caminar hacia sus respectivos edificios, tuve la suerte de divisar a Ángela a unos cuantos metros de distancia del edificio principal de la universidad, es decir el edificio de administración, el cual se encontraba a la entrada de dicha universidad (FP), ella se estaba con unas amigas de clase hablando, probablemente me estarían esperando para entrar a clase.

-Gracias por traerme-mire sonriendo a Edward mientras desabrochaba mi cinturón de seguridad

-¿Qué tal si mejor me das las gracias dándome un beso?-alzo una ceja, y yo me incline nuevamente hacia su asiento para besarle lentamente, sin prisa, saboreando sus labios, la embriagadez de estos, su suave textura, el cálido tacto de su lengua cuando comenzó a delinear mis labios, la placentera sensación que sentí cuando abrí mi boca y sentí su lengua invadir y devorar la mía, el dulzor de su aliento golpeo mis sentidos, y me llevo muy lejos de la realidad, sin pensarlo dos veces envolví mis manos alrededor de su cuello, y juguetee con el cabello de su nuca antes de romper el beso, en el que los dos estábamos tan absortos.

-Mmmm….creo que aun no me lo has agradecido bastante, ¿me vuelves a dar otro?-pregunto sonriendo antes de relamerse los labios con la lengua, ummm yo quería probar nuevamente su lengua, así que no dude mucho en darle mi respuesta.

-Te doy todos los que quieras-dije sonriendo antes de besarlo nuevamente, aunque esta vez fue mi lengua la que desde el mismo inicio del beso invadió su boca, para después volvernos a implicar en un beso tan bonito y dulce como el anterior.- ¿Te siente los suficientemente recompensado ya, o aun necesitas que te lo agradezca más?-dije sonriendo después de unos cortos besos más

-uff….necesito mucho, muchísimo más-dijo sonriendo antes de besarme-nunca tengo suficiente de ti, jamás me voy a cansar de besarte-murmuro sobre mis labios, y yo sonreí feliz antes de alejar mi rostro del suyo y mirar la hora en mi móvil.

-Tengo que irme….-él hizo un puchero-y tú tienes que irte al hospital….-exagero aun más el puchero y yo sonreí

-Deberíamos hacer esto más seguido, me encanta verte por las mañanas

-Ya me has visto esta mañana, te has despertado en mi cama de echo-le sonreí

-Y eso me encanta, abrir los ojos y verte a ti, durmiendo junto a mí, es algo maravilloso-dijo sinceramente, y yo sonreí, él tenía razón, o al menos yo comprendía sus palabras, pues no había nada más gratificante para mí que despertar y verlo a él junto a mí, verlo abrir sus ojos y mirarme intensamente, hacia que el día más nublado y lluvioso se convirtiera en un precioso día soleado.

-y yo amo que me abraces, que te acurruques junto a mí, y que te duermas como un niño sobre mi pecho-dije suspirando recordando como de esa misma manera él había conciliado el sueño anoche, no es que hubiésemos dormido a menudo juntos, ya que eso por ahora solo había ocurrido en muy pocas ocasiones durante el tiempo que llevábamos juntos, pero sin duda cuando sucedía era algo que amaba, que adoraba, pues dormir junto a él, pegada a su cuerpo, protegida por el calor de este mismo, me hacía sentir bien, me hacía sentir protegida.

-sobre tu pecho se duerme muy a gusto-me guiño un ojo y yo me sonroje levemente, por lo que el acaricio mi mejilla con ternura.

-te tienes que ir Edward, vas a llegar tarde-dije realmente en serio, ya que pronto serian las nueve, y yo no quería que el llegase tarde, así que aunque me jodía romper el momento, me despedí de él, antes de abrir la puerta del coche

Refunfuño algo que no entendí antes de decime-esta tarde te llamo-yo asentí con la cabeza saliendo fuera del coche-que tengas un buen día-me deseó cuando me volví a coger mi bolso de la universidad.

-Tú también, pasa un buen día-le sonreí para después decirle un sincero "te amo" que fue contestado por su parte antes de que finalmente yo cerrara la puerta del coche y me despidiera de él con moviendo la mano.

Comencé a caminar sin mucha prisa hacia el campus, pero apenas di dos pasos cuando rápidamente una mano me tomo de la cintura y me volteo, era Edward.

-¿No te ibas?-reí y el sonrió

-He decidido que puedo llegar 5 minutos tarde-continuaba sonriendo mientras me abrazaba por la cintura.

-No quiero que llegues tarde, Carlisle se enfadara conmigo-

-Le diré que había mucho tráfico, cosa que es verdad-dijo guiñándome un ojo, y yo sonreí, -probablemente esta tarde no trabaje, ¿qué te parece si quedamos para comer? Después te puedo acompañar a llevar tu coche a un taller mecánico- sugirió, y la idea no me parecía nada mal, yo solo tenía tres clases, y aunque la ultima era a las 1 de la tarde, estaba segura que estaría libre a las 14:30 p.m. así que podría comer con Edward, y después pasar la tarde con él, lo cual era una idea demasiado tentadora como para rechazarla

-Suena bien, ¿comemos en casa no?-en realidad quería privacidad, no me apetecía salir a comer a un bar o a un restaurante.

-Si-dijo rápidamente

-¿en la tuya o en la mía?-sonreí

-primero tengo que confirmar que esta tarde la tengo libre y no trabajo, ¿qué te parece si dentro de unas horas te llamo, y te lo digo?, después decidimos donde comemos, ¿de acuerdo?-acaricio mi espalda baja con sus manos

-de acuerdo-respondí, y él se inclino a darme un beso en los labios, el cual él mismo no tardo en profundizar, poco le importo estar rodeados de gente, que pasaba y pasaba a nuestro alrededor, pero la verdad a mí tampoco me importo mucho, porque yo le respondí con la misma intensidad al beso.

Después de los pocos segundos que duro nuestro intenso beso, prácticamente lo obligue a que se montara en el coche y se marchara, pues eran las nueve pasadas, y ya sí que llegaría tarde, así que sin más remedio se marcho por lo que yo me dirigí hacia donde, aun, estaba Ángela con el resto de nuestras compañeras.

-Buenos días chicas-las salude alegremente a todas, aunque no compartía todas mis clases con ellas sí que compartía algunas clases, y a lo largo de este ultimo año habíamos hecho, tanto Ángela como yo, muy buena amistad con todas, ellas era geniales, habían demostrados ser grandes personas, y la verdad se habían ganado mi cariño, al igual que yo el suyo.

-Buenos días Bells-saludaron sonrientes

-Ya vimos que el príncipe azul te trajo en su carroza-bromeo sonriendo Sarah, una chica alta y morena, con unos bonitos ojos marrones y de apariencia delgada.- te veo algo ojerosa-me toco con los dedos la parte superior de la mejilla riendo, seguida por las risas de las demás incluidas las de Ángela, ellas siempre solían hacer bromas sobre todo, y al parecer hoy me tocaba a mi ser su víctima. La mayoría de ellas no sabían la larga historia de "te odio pero te quiero" que llevábamos Edward y yo a nuestras espaldas, pero aun así estaban muy felices de que yo hubiera pillado, según ellas, "al antiguo bombonazo de la universidad"

-No hay razones para que esté ojerosa, he dormido perfectamente bien-sonreí mientras ella seguía examinándome

-Así que has dormido perfectamente-le dio especial importancia a esta última palabra-bien ¿eh?-alzo sugerentemente una ceja

-Estas enferma Sarah-reí al saber lo que ella quería saber-paranoica diría yo-me burle y Ángela rio

-Completamente de acuerdo-rio esta vez Carol, una chica menuda, con expresivos ojos grisáceos y una larga melena color rojizo claro.

-Dejadla respirar chicas-defendió Ángela-hoy Sarah se ha levantado algo quisquillosa-añadió Angy sonriendo, provocando que todas la imitáramos

-¿yo? –Alzo una ceja-yo no estoy "quisquillosa", debe ser que no soy tan positiva como vosotras, pero claro, quien no se levanta contento después de tener sexo diario….-

-Así que es eso, echas de menos el sexo-afirmo Candy, otra de las integrantes del numeroso grupo de chicas que formábamos. Candy era una chica rubia, de ojos marrones con y tez clara, realmente ella era una mujer muy bonita, aunque lo más importante es que era una gran amiga.

-Echa de menos a Eric-afirme yo

-Claro que no lo echo de menos-me perforo con la mirada Sarah y yo rodé los ojos, ella y Eric llevaban 6 meses juntos, milagrosamente diría yo, porque durante semanas se querían con locura, pero luego durante un par de días no se hablaban así que uno peleaba con el otro y siempre un de los dos terminaba por dejar la relación, pero luego volvían a juntarse, era una auténtica locura lo que ellos tenían, pero aun así algo debían de quererse ya que no solían pasar más de 3 días separados.

-Claro que si-afirme

-¿Qué ha pasado esta vez?-dijo Carol antes de que Sarah se lanzara a mi yugular, la verdad que siempre había tenido un gran temperamento, pero aun así, como amiga era un sol.

-El muy cerdo, dice que yo no tomo interés por conocerlo mejor ¿te lo puedes creer? ¡Yo que me desvivo por él!-comenzó a quejarse, y a poner verde a Eric, quien de seguro estaba haciendo lo mismo que ella con sus amigos, si es que en el fondo eran tal para cual, aunque si seguían peleando tanto, realmente no sé cómo iban a salir adelante…

Las chicas comenzaron a consolar a Sarah justo en el momento en el que ella comenzó a llorar desconsolada, pobre, en el fondo lo echaba de menos, por mucho que pelearan, ella al menos lo quería muchísimo, yo hice ademan de acercarme hasta ella para decirle que no llorara, pero en ese momento me percate de que Ángela estaba como en las nubes, pues estaba a dos pasos de distancia de mi con la mirada perdida, decidí acercarme a ella, al fin y al cabo Sarah tenia al resto de las chicas junto a ella para darle apoyo.

-¿te pasa algo Angy?-le pregunte cariñosamente, ella levanto la mirada y sonrió tristemente

-Nada Bells-dijo no muy convencida

-Odio que me mientas y lo sabes-refunfuñe y ella sonrió algo mas, pero la tristeza seguía en su rostro-¿qué tal Ben?-pregunte a ver si se animaba, ya que hablar de él siempre la ponía feliz

-Bien, su avión debe estar por despegar-dijo con amargura en la voz-prometió llamarme cuando llegara a Canadá

-¿Por qué va a Canadá?-pregunte extrañada, sabía que su familia vivía allí, pero no sabía el motivo por el que Ben había viajado, en realidad no había hablado últimamente con él, a pesar de considerarlo un amigo, Ben y yo no teníamos mucha confianza, ya que solo hacia un años que nos conocíamos, y apenas nos habíamos visto en otros lugares que no fueran el campus universitario, puesto que Ben también estudiaba en esta misma universidad, o en casa, cuando él iba a visitar a Ángela.

-Su abuela está enferma-dijo Ángela

-valla, lo siento-dije sinceramente

-No te preocupes Ben dice que mejorara, simplemente quiere aprovechar para visitarla, y ver a su familia

-Eso es bueno, ¿no?

-Sí, es genial-seguía con la tristeza en su voz, odiaba verla triste

-Entonces ¿qué pasa Ángela? Es por Ben, no me lo niegues, solo dime qué te pasa, no soporto verte así

-Me ha besado-dijo simplemente

-¿en la boca?-pregunte estúpidamente, y ella asintió con la cabeza

-¿no te gusta? Quiero decir, pensaba que él te gustaba, que te atraía, ya sabes…

-Sí, me gusta, realmente me gusta-admitió y yo sonreí ¡lo sabia! Y Edward que había dicho que solo eran imaginaciones mías, Ja….

-¿Entonces? no te entiendo Ángela, qué va mal

-Pues que no entiendo porque se ha esperado a hoy para besarme, ayer tarde estuvimos juntos, fuimos Millenium Park (FP) charlamos, y reímos, pero no me dijo nada ¿Por qué hoy?

-No sé, quizá necesitaba pensarlo bien, no es fácil decir te quiero por primera vez-si ya lo sabía yo por experiencia-

-Ni si quiera me ha dicho que me quiere, simplemente me ha besado sin más…

-Puede que no se sienta seguro, él no sabe lo que tú sientes, solo dale un empujoncito Angy, estoy segura que te lo dirá

-¿Un empujoncito Bella?-dijo irónicamente-siempre he estado a su lado, siempre que me ha necesitado, cuando necesita hablar soy la primera que se ofrece a escucharle, dios solo me falta meterme a vivir en su casa….pasamos horas y horas juntos… ¿Quién cree que es para darme un beso y marcharse? Eso no me lo puede hacer, no él.

-Ángela, tranquilízate, no te rayes, que tal si él piensa que tu solo lo quieres como amigo…tienes que hablar con él

-El problema es que se ha ido Bella, no vuelve hasta dentro de 5 días….no pienso hablar esto por teléfono, si es lo que espera-

-vale, pues cuando vuelva hablas claramente con él, y le dices lo que sientes por él.

-Ni de coña, yo hasta que él no diga nada, no pienso decir ni una palabra respecto a lo que siento-negó frenéticamente con la cabeza

-Ohhh, muy maduro señorita….-fui bastante irónica

-lo dice la que le daba con la puerta en las narices a Edward para no escucharlo-me acuso de vuelta

-Eso duele Angy, has caído bajo- la apunte con un dedo y ella sonrió

-Tú te lo has buscado-soltó una risita, y fue ahí cuando decidí dejar de tocar el tema de Ben, al menos ahora estaba sonriendo, que era mil veces mejor que verla triste, así que más tarde volvería a hablar con ella de Ben, pero por ahora prefería que estuviera sonriendo.

-Anda vamos a clase, el profesor Scott odia que alguien llegue tarde

-Tienes razón, pero me acompañas un segundo a administración, necesito pedir una copia de los horarios-dijo y yo asentí con la cabeza

-Chicas, nos vamos a clase, nos vemos más tarde-dijeron gran parte de las chicas que no compartían nuestra primera clase, mientras que las demás se quedaron a esperarnos.

-Si queréis podéis adelantaros, voy a acompañar a Ángela al edificio de administración-dije

-vale, nos vemos en clase entonces- sonrió Candy antes de marcharse junto a Sarah y Carol

-¿no tienes frio Bells?-comento Ángela mientras caminábamos hacia el edificio principal de la universidad, donde se gestionaban todos los datos académicos y personales de los miles de estudiantes que había en la universidad

-No, al contrario creo que para estar en Septiembre, y en Chicago hace un día bastante bueno-dije caminando junto a Ángela

-entonces debo de ser yo que estoy algo destemplada-sonrió, mientras bajaba las mangas de la camiseta de cuadros abierta que vestía y que contrastaba muy bien con la camiseta que llevaba por dentro de esta color blanco, en la cintura llevaba un fino cinturón marrón conjuntado con las sandalias con cuñas altas color marrón oscuro que calzaba, acompañando su vestimenta unos cómodos vaqueros que no llegaban a los tobillos (FP) mientras que llevaba el pelo recogido en una simple coleta al igual que yo. Hoy Ángela no había traído su bolso de mano para la universidad, así que portaba su porta blog entre sus brazos.-por cierto ¿Por qué te ha traído Edward a la universidad? Anoche me comentaste que traerías tu coche

-Y lo iba a hacer, pero esta mañana no arrancaba así que esta tarde lo llevare a un taller mecánico-comente mientras miraba hacia delante donde una larga melena color rubio rojizo llamo especialmente mi atención.

-Yo conozco un buen taller, luego te paso la dirección y veras que….-Ángela continuo hablando pero yo simplemente desconecte de todo cuando vi a aquella mujer voltearse, y fijar su vista en mi, anteriormente y pese a haber estado dándome la espalda la había reconocido, aun así ya no tenía ni la más mínima duda, aquella chica cuyo pelo era de un intenso color rubio rojizo y cuyos ojos eran color miel claro, situada junto a Irina, su "mejor amiga" y a dos metros de distancia de la puerta del edificio de administración estaba Tanya, vestía una escotada camiseta azul con flecos en el escote, unos vaqueros desgastados (FP) combinados con unos altos tacones color negros prácticamente cerrados (FP), acompañados de un bolso de leopardo junto con un brazalete de este mismo estampado en su brazo, sin en cambio Irina vestía algo más sencilla, pues llevaba unos pantalones vaqueros claros que prácticamente llegaban a sus tobillos, conjuntados con una camiseta blanca de manga corta, cuyo dibujo combinaba a la perfección con el color beige oscuro de los altos tacones cerrados que ella usaba, los cuales también había conjuntado muy bien con un simple collar que llevaba en el cuello color dorado envejecido y un par de pulseras de este mismo color en su muñeca (FP).

En el mismo instante en el que nuestras miradas se conectaron, sentí como el aire se iba de mis pulmones, ninguna de las dos aparto la vista de la otra, yo a penas parpadeaba, no quería volvérmela a encontrar, había temido este momento durante bastante tiempo, sin embargo ahora tenía extrañas ganas de ir corriendo hacia ella y golpearla, quizá sintiera dolor, pero sería un dolor físico que no podría compararse con el dolor emocional que yo sentí, aun así la sola idea de que ella sintiera un poco del dolor que yo viví en carne propia, lograba que yo sonriera, aunque solo fuera mentalmente.

-¡Ey Bella!-llamo mi atención Ángela, por lo que me obligué a mi misma a apartar la mirada de Tanya y fijarla en la persona que estaba a mi lado, y la cual ahora no caminaba, ¿en qué momento habíamos dejado de avanzar hacia delante? ¿En qué momento mis pies habían dejado de caminar…?-¿Me estas escuchando?-no puede articular ni una palabra, por mucho que quisiera no conseguía que la voz me saliera del cuerpo-¿Bella?

-Emmm…si…te escucho… ¿Qué…qué decías del taller mecánico?-balbucee haciendo un enorme esfuerzo por no voltear mi cabeza nuevamente y mirar a Tanya.

-¿el taller mecánico?-rio-de eso estábamos hablando hace como 2 minutos, ahora te estaba diciendo que mañana puede que…-la interrumpí

-Ángela, me harías un favor-dije con el rostro pálido

-claro, ¿Qué pasa Bells? ¿Por qué te has puesto tan nerviosa? ¿Ocurre algo?-pregunto preocupada mientras yo volteaba la cabeza, con la esperanza de que Tanya se hubiese marchado, o mejor aun que me lo hubiese imaginado todo, pero eso no sucedió cuando volví a mirar hacia el edificio de administración, pues Tanya seguía allí, junto a Irina, y en esta ocasión no solo Tanya me estaba mirando, si no que Irina también lo estaba haciendo, ambas tenían la vista fijada en nuestra dirección…

-No estoy segura, pero ¿Esa de allí es Tanya?-pregunte insegura, quizá era alguien, cuyo parecido físico era increíblemente idéntico al de Tanya; Ángela miro hacia donde mis ojos estaban clavados en este momento, al principio ella también se quedo en silencio, pero después sentí como me miraba nerviosamente, sabía que estaba preocupada por mi reacción, aunque sinceramente yo aun estaba en shock

-Bells, mejor volvemos después a por los horarios, en realidad no me hacen falta hasta la próxima semana-dijo y eso me lo confirmo todo, aquella mujer, definitivamente era ella.

-No la había visto desde aquel día…-me calle abruptamente, cuando ese recuerdo golpeo mi mente, hacia meses que no veía a Tanya, concretamente la última vez que la vi fue en la casa de los Cullens, en la cama de Edward, sentí como si alguien estuviera estrujándome el corazón en este momento.

-Olvídalo Bella-dijo seriamente Ángela-no quiero que pases un mal rato, no pienses en eso, simplemente ignórala-me aconsejo mientras me tomaba de los brazos y me obligaba a voltearme y mirarla a ella en vez de a Tanya-mejor vámonos estoy segura que la clase de literatura a comenzado-yo asentí algo ensimismada, pero aun así comencé a caminar a clase en silencio junto a Ángela, ¿Cómo no había visto a Tanya antes? y ¿Edward la habría visto? ¿Y si así había sido por qué no me había dicho nada? No, Edward no debía haberse dado de su presencia, pues si así hubiera sido, estoy segura de que se hubiera puesto nervioso y yo lo habría notado….aunque quizá Tanya no estaba en ese lugar cuando yo había llegado a la universidad, o quizá si…. ¡Dios sentía que la cabeza me iba a explotar!

Cuando llegamos a clase, esta efectivamente había comenzado, pero aun así el profesor no nos dijo nada, por lo que Ángela y yo silenciosamente tomamos asiento, a mi me costó horrores seguir el hilo de la clase, es mas creo que no lo conseguí, más bien me pase la clase como un zombi, pensando y pensando, por lo que no puede escribir nada en el papel en blanco que tenia frente a mí, no tomo apuntes, no preste atención… simplemente, no hice nada.

Después de la eterna clase, salí con Ángela a tomar un poco de aire, agradecí que mi próxima clase no comenzara hasta las 12, así que tenía una hora libre, por lo que decidí ir a la cafetería del campus.

-¿En serio no quieres que te acompañe?-me pregunto Ángela cuando estuvimos en el exterior del edificio de nuestra anterior clase

-No seas tonta, te he dicho que estoy bien, solo necesito otro café, estoy algo somnolienta, y necesito despertarme-insistí, ya que ella tenía que ir a la biblioteca a terminar de repasar una redacción para entregar en nuestra siguiente clase, pero aun así había insistido en acompañarme a la cafetería, cosa que yo no permití.

-Como quieras, nos vemos en 1 hora, si termino antes, voy a la cafetería y estoy un rato contigo, ¿de acuerdo?-me sonrió-Por cierto, toma-me tendió sus apuntes-léetelos, hoy te he visto algo distraída en clase-los tome y guarde.

-De acuerdo y gracias-dije pintando una sonrisa en mi rostro que pareció convencerla de que estaba recuperada de mi estado de transito de esta mañana.

Ángela me dio un cariñoso abrazo y se marcho hacia la biblioteca, mientras que yo tome la dirección opuesta para dirigirme a la cafetería del campus, cuando entre estaba casi llena, pero divise una mesa al fondo vacía por lo que fui hasta ella y me senté, donde espere pacientemente a que Cathy, la camarera me atendiera, ella era una señora de unos 40 años aproximadamente, que estaba felizmente casada, y tenía un par de niños que debían rondar ya los 12 y 15 años, adoraba su trabajo por encima de todo, y no dudaba en darle cariño y apoyo a aquel que lo necesitara, yo personalmente le tenía mucho cariño, pues conmigo se había portado estupendamente, solía preguntarme sobre qué tal me iba en la universidad, siempre se había mostrado muy amable conmigo realmente ella era una mujer muy simpática y cariñosa.

-Buenos días Bella-me saludo amablemente, como lo hacía cada día que venía a la cafetería

-Hola Cathy-le sonreí, la conocía desde hacía un año, ella siempre nos solía atender a mí y a mis amigos, por eso nuestro grado de confianza había aumentado

-¿Lo mismo de siempre?-me pregunto sonriendo

-Sí, pero hoy házmelo bien cargado por favor-pedí

-Muy bien, en seguida te lo traigo

-Gracias-dije amablemente

Cuando Cathy se marcho, saque los apuntes de Ángela y comencé a leerlos sobre la mesa, realmente hoy no me había enterado prácticamente de nada en clase, y no quería quedarme atrás, si no luego me costaría ponerme al día. Mientras leía la segunda página escrita por Ángela, Cathy me trajo mi café favorito bien cargado, me lo bebí lentamente, mientras continuaba leyendo, por suerte lo que el profesor Scott había explicado hoy en clase no era muy difícil de comprender, por lo que no me supondría ningún problema ponerme al día en la próxima clase. Durante mi estancia en la cafetería también recibí una llamada de Edward, me dijo que tenía la tarde libre pero que terminaría a las 3 en el hospital, así que entendería si no quería comer con él más tarde, pero yo insistí y finalmente acordamos que comeríamos a las tres y media de la tarde en su departamento. Después pague a Cathy mi café para así ir al baño de la cafetería, donde me refresque un poco la cara, para a continuación meterme en uno de los cubículos, escuche como la puerta se abría y cerraba numerosas veces mientras yo aun seguía en el baño individual, cuando salí de este fui a lavarme las manos en el lavabo, pero al salir mis pies se detuvieron abruptamente al ver a Tanya frente al espejo pintándose los labios color rojo carmesí, también había dos chicas charlando mientras otra se metía en uno de los 5 cubículos libres que había, decidí que no podía quedarme como una estatua parada por lo que avance hasta abrir el grifo del agua, tomar un poco de jabón entre mis manos y lavarme las manos, me sentía tremendamente incomoda al tener a Tanya a centímetros de distancia, más bien me daba asco tenerla cerca, simplemente era algo que no soportaba, así que cuando termine de lavarme las manos me di cuenta de que el resto de las chicas, excepto Tanya y yo habían abandonado el baño de mujeres, por lo que yo opte por hacer lo mismo, si Tanya y yo nos quedábamos solas en un espacio reducido, corríamos el riesgo de que estallara la tercera guerra mundial por lo que me dirigí hacia la puerta, cuando su voz me hizo voltearme…

-Supongo…que ya le has calentado la cama a Edward ¿cierto?-dijo con hostilidad, yo cerré las manos en puños inevitablemente mientras pegaba estas a ambos lados de mi cuerpo

-¿Qué?-me voltee y pregunte como quien no quiere la cosa, fingiendo ignorar haber escuchado la gran gilipollez que había dicho, por un momento considere la posibilidad de simplemente marcharme e ignorarla también a ella, pero no, no iba a evitarla más.

-Últimamente las elecciones de Edward, demuestran el mal gusto que está adquiriendo…no sé cómo no le da vergüenza besar a alguien como tu frente a todos-continuo hablando mientras se lavaba las manos, y confirmándome que ella sí que me había visto esta mañana, de hecho había visto más de lo que yo pensaba-ha caído tan bajo, ni si quiera eres lo suficientemente mujer para él, y nunca lo vas a ser

-Tanya no me tires de la lengua-advertí molesta, dudando cuando tiempo podría quedarme callada, sin insultarla o golpearla, tenía demasiada rabia acumulada para ella, y una parte de mi tenía ganas de que explotara

-No lo hago, simplemente digo la verdad….le tienes que calentar demasiado la bragueta, para que aun siga contigo-rio con amargura-pero no cantes victoria, tarde o temprano se aburrirá de ti, como lo hace con todas, estoy segura de que ya te a susurrado palabras de amor en el oído mientras te tiene en su cama, ¿no es así?-dijo con seguridad, mientras yo mentalmente me ropería "no la escuches Bella, no es cierto lo que dice, no la escuches" y respiraba profundamente intentando tranquilizarme

-No te importa una mierda lo que Edward me diga o deje de decirme-brame enfadada, más molesta de lo que yo nunca podría haber llegado a imaginar-

-No te pongas a la defensiva Bella, te lo digo como advertencia, vas a sufrir mucho cuando te estampes contra la realidad, Edward no te quiere, simplemente te ve como su pasatiempo, como su juego, solo sexo, Edward solo quiere eso, y tu simplemente se lo das a cambio de escuchar palabras bonitas, que al fin y al cabo son mentira

-Yo no soy una calienta pollas Tanya, ese trabajo de lo dejo a ti-explote-si te jode que Edward sienta por ti, solo asco y desprecio, que te ignore, que seas insignificante para él, que no seas nada en su vida, te jodes, tu sola te lo has ganado-la encare-

-Lo que me jode es que este con una niñata como tú, dios, mírate Bella, y mírame a mí, eres una estúpida, sin en cambio yo soy una mujer de los pies a la cabeza, estoy a la medida de Edward, estoy hecha para el-sus ojos llameaban rabia, dolor, impotencia,…-tú no puedes darle a Edward lo que él realmente necesita

- Ese es tu problema Tanya, nunca vas a alcanzar a comprender lo que Edward y yo tenemos, no vas a llegar a entender lo que realmente él necesita, no podrás llegaras a comprender lo que yo logro provocar en él, y no me refiero a sexo, mi vida, a diferencia de la tuya, no depende de eso, me refiero a que yo soy capaz de hacerle sentir cosas Tanya, algo que tu nunca has sabido darle

-¿Cosas? ¿Te refieres a amor? No seas patética Bella-sonrió con pura maldad-para estar fallándotelo a diario lo conoces muy poco.

-aquí la única imbécil que no lo conoce eres tú-dije segura, yo había aprendido a conocer a Edward, sabía que él me amaba, que sus sentimientos eran sinceros, que cuando me hacía el amor era porque realmente estaba enamorado de mi, Tanya no tenía ni idea de lo que decía, ella estaba equivocada-no te arrastres más Tanya, has llegado a tal punto que provocas lastima, déjalo ya, ¿de qué te va a servir decirme todo esto ahora? Asúmelo, para Edward no existes, y para mi simplemente eres la zorra que se metió en su cama

-Él no se quejo cuando me metí en su cama, yo diría que estaba bastante feliz mientras me arrancaba el vestido, parecía sincero cuando me decía que me amaba mientras me hacía el amor o cuando decía que yo no era como todas, que realmente era especial para él, mientras besaba mi cuello y acariciaba mi cuerpo-dolor, dolor, y más dolor provocaron esas palabras en mí, pero me negaba a creer el veneno que Tanya estaba escupiendo por su boca, Edward no podía haberle dicho eso, no tenía sentido que él la amara y estuviera conmigo, no podía ser cierto-aunque a ti ya debe haberte dicho lo mismo, por eso debes conocer la sensación que yo sentí, ves al fin y al cabo tu y yo si tenemos cosas en común, y las seguiremos teniendo, sobre todo cuando Edward se aburra de ti, y te deje por cualquier otra mujer, así sea tan poca cosa como tú….-intente por todos los medios ignorar esta ultima parte, pero aun así no puede, sus palabras me atravesaban el alma, me causaban dolor, sin embargo no permití que ella percibiera mi estado de ánimo, no le iba a dar ese gusto, esta vez no me iba a ver destruida, esta vez iba a defender lo que sentía por Edward

-¿palabras de amor Tanya? A ti nadie te ha dicho eso, ni si quera sabes lo que significa esa palabra, porque para que me puedas entender, amor no significa meterse una polla por el coño, no significa meterse en la cama de alguien, y menos aun cuando ese alguien está completamente borracho-escupí las palabras como balas de acero

-¿Ahora lo justificas? Eres tan ignorante Bella….él aquella noche simplemente busco lo que tú no querías darle, y lo volverá a hacer, estoy segura de que ni siquiera disfruta contigo en la cama, tienes un cuerpo de niña no de mujer, ¿Cuánto crees que va a soportar más eso Edward? Ni si quiera tienes pecho, ni forma en tu cuerpo, eres opuesta a lo que Edward busca en una mujer, por eso no encajas con él.

-¿y tú qué crees que eres Tanya, que crees que tienes? ¿una cara bonita?¿un moldeado cuerpo y unas tetas operadas?-reí amargamente antes este último detalle, y el rostro de Tanya adquirió un color purpura que parecía haberla dejado sin habla, porque para nadie era un secreto que los millonarios padres de Tanya le habían pagado a su caprichosa hija más de una visita al quirófano-Deja de ser tan superficial Tanya, el cerebro está en la cabeza, no en las tetas, por una vez en tu vida intenta usarlo, y aprende de una puñetera vez que hay cosas más importantes que eso-dije mirándola fijamente, y comprendiendo que ella jamás encontraría sentido a mis palabras, simplemente era una rubia oxigenada idiota y superficial, a la cual sus padres le pagaban una universidad con la triste esperanza de que su hija llegara a ser alguien algún día en la vida, pero de ilusiones se vive, dudo mucho que Tanya cambiara-¿te das cuenta de cómo es la vida? Tú crees que yo no soy suficiente para Edward, pero al menos yo no necesito la ayuda de un par de botellas de alcohol para meterlo en mi cama, sin embargo tú, la única forma en la que conseguiste meterte con Edward fue cuando él estaba completamente borracho….es patético que un hombre tenga que emborracharse para tener relaciones contigo

-Lo que es deprimente es que Edward este contigo-volvió a repetir, ¿se le habrían acabado ya los argumentos?

-¿Por qué tienes tanta rabia? , ya te has acostado con él, que es lo que querías, ¿por qué no nos dejas en paz? , ¿Por qué te empeñas en joderme la existencia, en meterte donde no te llaman?-la desafié

-Porque no quiero que estés con Edward, no eres buena para él, no te lo mereces-respondió con brusquedad mientras se acercaba a mí

-¿Yo no soy buena? Entonces que propones, que se valla contigo, sinceramente Tanya ambas sabemos que Edward no merece estar con una puta- en ese momento ella se quedo sin palabras, atónita, callada, con la su cara llameando en fuego, con su rostro contraído, su respiración agitada -vamos a hablar claramente de un maldita vez, ¿Qué es lo que te pasa conmigo? ¿Por qué te empeñas en hacerme daño?

-Te detesto, te odio-dijo con la voz contraída

-si te sirve de consuelo, el sentimiento es muto, pero yo si tengo un motivo para hacerlo, yo si tengo motivos suficientes para odiarte con toda el alma, sin en cambio tu ¿Qué te he hecho yo a ti?

-Me has quitado a Edward-escupió sin pensar

-No, yo no te he quitado nada, tu sola lo has perdido, en los sentimientos no se manda, yo no soy culpable de que Edward este enamorado de mí, yo no soy culpable de que el prefiera besarme a mi antes que a ti-dije con toda la intención de que retorciera en su propia mierda, yo también sabía hacer daño con palabras, yo también sabia escupir veneno cuando alguien se metía con lo mío.

-Siempre consigo lo que quiero-fueron sus únicas palabras, de las cuales parecía totalmente segura-yo sé que para Edward yo aun significo algo, y eso tarde o temprano hará que vuelva a mi lado-

-Estas enferma Tanya, loca, obsesionada, tú no estás cuerda, ¿volver contigo? No me jodas Tanya, ¿acaso llegasteis a tener algo más que un puto revolcón?-recordar que habían compartido cama, aun me revolvía las tripas

-¿Quién te asegura que solo fue uno?¿quién te asegura que él y yo no hemos tenido algo en estas últimas semanas?¿quién sabe si durante el día te decía cuanto te quería y por las noches era yo la que estaba con él?-trague sonoramente, esto no podía ser cierto, solo lo decía para joderme, confiaba en Edward, él no sería capaz de engañarme de esta manera, claro que no, rápidamente negué con la cabeza intentado desechar esa absurda idea de mi mente.

-No sigas por ese camino Tanya-le advertí seriamente-deja de hacer el ridículo tan grande que estás haciendo, deja de inventarte cosas, a mi me puedes insultar incluso reírte de mí, pero no voy a tolerar que le eches mierda a Edward, no cuando no está aquí para defenderse, así que deja de inventar cualquier estupidez que lo comprometa, mejor aun deja de meterte entre él y yo, porque si no lo haces esta vez no pienso salir corriendo a otro estado, si no que esta vez no me conformare con darte simplemente un puñetazo en la cara-dije recordando nuestro último encuentro en la casa de los Cullens donde sin contenerme le propine un buen puñetazo en su rostro. Ella hizo intención de comenzar a hablar, o más bien gritar pero yo la detuve a tiempo-Trágate las palabras antes de decirlas, porque no voy a seguir perdiendo el tiempo contigo, escuchándote decir gilipolleces simplemente porque te come la rabia, porque te duele que este con Edward, pero solo te digo algo Tanya, tienes lo que te mereces, así de simple…. te estás ahogando en tu propia mierda-me voltee aun con la rabia dentro del cuerpo para dirigirme hacia la puerta-y… un último consejo Tanya, aprende a vivir haciendo a la idea, de que yo soy el futuro de Edward, y recuerda que la mujer con la que esta y en la que piensa cada noche, soy yo, no tu-dije antes de abrir la puerta para así marcharme del baño femenino y dejarla con la palabra en la boca.

Camine endemoniada hacia la puerta de la cafetería, necesitaba aire fresco, necesitaba respirar tranquilamente, y relajarme un poco, no quería pensar en lo que acababa de suceder, sabía que me haría daño recordar las palabras de Tanya, pero era inevitable no hacerlo, me sentía desprotegida en estos momentos, cierto era que había puesto a Tanya donde se merecía de una vez por todas, pero aun así, eso no me aliviaba lo suficiente como para sentirme tranquila y segura, había dicho cosas que me habían dolido demasiado, cosas que habían provocado que mis heridas, aun sin cicatrizar, se volvieran a abrir. Me senté en un banco bastante alejado de la cafetería, pues no sería capaz de volver a encontrarme con ella y no derrumbarme, e intente cerrar los ojos y tranquilizarme mientras enterraba la cabeza entre mis brazos apoyados en mi regazo. Sentía como la gente pasaba a mi alrededor, como en más de una ocasión un par de personas se pararon a preguntarme si me encontraba bien, "simplemente me duele la cabeza" había contestado la mayoría de veces, consiguiendo así que se marcharan sin preocupación; al cabo de un rato mire el reloj con pereza, mi segunda clase hacia media hora que había comenzado, también tenía un par de mensajes y llamadas de Ángela justo 5 minutos antes de que la clase comenzara, debía de estar preocupada, pero aun así no le devolví sus llamadas, ni tampoco asistí a esa clase, ni a la tercera, me sentía muy mal, las palabras de Tanya comenzaban a retumbar en mi cabeza "Edward no te quiere, simplemente te ve como su pasatiempo, como su juego, solo sexo" me había dicho…. "estoy segura de que ni siquiera disfruta contigo en la cama, eres tan poca cosa" "terminara por aburrirse de ti, simplemente te dejará, te abandonará cuando se dé cuenta de lo poco que vales" sin duda esto último me había dolido profundamente, aunque si tengo que sacar algo bueno de esta mierda de día, sin duda es mi capacidad para mentir y fingir my buen estado de ánimo… ya que en realidad en estos momentos estaba hecha un autentica mierda por dentro, incluso comenzaba a emanar en mi interior las ganas de llorar, y de desahogarme, quería irme a casa, meterme en la cama durante horas, y llorar hasta quedarme seca por dentro, en estos momentos lo que menos me apetecía era estar en la universidad, no creía poder soportar el resto de la mañana sonriendo a mis amigos, finiendo estar bien, así que salí hacia la puerta del campus, y conseguí un taxi, lo cual gracias a dios no me llevo mucho tiempo; cuando llegue a mi piso subí rápidamente las escaleras, abrí la puerta y corrí con desesperación hacia mi dormitorio, donde simplemente me quede parada unos minutos de pie, junto a la cama, en silencio, recordando simplemente la primera vez que estuve con Edward en esa misma cama, cuando me hizo el amor por primera vez, cuando me dijo que me amaba, mientras me susurraba palabras al oído, tal y como había hecho con Tanya , por qué, ¿qué ocurriría si realmente hubiera amado a Tanya, si le hubiera dicho palabras de amor mientras que estuvo con ella, mientras que le hizo el amor? Me costaba tanto decir, o tan siquiera imaginar que Edward le hubiera "hecho el amor" a Tanya, eso sin duda eran palabras mayores, porque para mí la palabra hacer el amor, tenía un gran significado, pues para mi, hacer el amor con Edward, significaba entregárselo todo sin miedos, confiar en el plenamente, en sus palabras y en los sentimientos que él había dicho sentir por mí, sin embargo ahora dudaba que para él tuviera el mismo significado, a no se claro que en algún momento Edward hubiera sentido algo más que atracción física hacia Tanya, y si así era, realmente era algo en lo que yo no podría hacer nada, pero esa posibilidad me hacia mal, me provocaba que el pecho me doliese fuertemente, más bien cualquier idea de Edward amando a otra mujer me hacía daño, mucho daño.

Me quite los zapatos con torpeza y brusquedad antes de tirarme sobre mi cama, quedando acostada bocabajo sobre esta, y en un impulso de desesperación abrazada a mi almohada fuertemente, intentando por todos los medios posibles mantener mi mente en blanco, sumida en el vacío, pero no puede, no fui capaz de no pensar en nada, que no fueran sus malditas palabras, aquellas palabras que no habían pasado de forma indiferente para mi corazón, palabras que habían logrado penetrar en mi cabeza, y que además habían quedado perfectamente grabadas en mi memoria….¿qué sucedería si ella tenía razón?¿y si Tanya no se equivocaba? Comenzaba a dudar que en realidad yo fuera suficiente para él, yo no era gran cosa, incluso ahora que lo pensaba con detenimiento ni si quiera tenía sentido que él sintiese algo por mí, yo no era fea, de eso era consciente, pero tampoco era del tipo de mujeres que llaman la atención de un hombre cuando pasa por su lado, por ello ¿Qué podría haber visto Edward en mi, si yo era tan "simple"? No era alta, no tenía una larga melena rubia, un exuberante cuerpo, unos bonitos ojos color miel, no era como Tanya, no era lo suficiente buena para él, ¿Cuánto tiempo podría durar esto más? ¿1 mes? ¿2 meses hasta que Edward se aburriera de mí? ¿Y entonces qué ocurriría si simplemente dejaba de gustarle y me dejaba? Yo no sería capaz de soportar que él me partiera el corazón nuevamente, pero tampoco tenía el valor de vivir sin tenerlo a mi lado, al menos ya no, no cuando se lo había entregado todo, cuando era demasiado tarde para arrepentirse… todo había cambiado tanto, esta mañana me sentía tan feliz de despertar junto a él, tan segura de todo, sin embargo ahora estaba completamente perdida, confusa, indecisa, sin saber qué hacer, las lagrimas comenzaron a inundar mis ojos, me sentía tan estúpida, me reprendía a mi misma el simple hecho de no haberme dado cuenta antes de que yo en realidad no tenía nada para ofrecerle a Edward, me reprendía por haber permitido que esto hubiera llegado tan lejos, si él me decía que no quería seguir con esto ¿cómo iba yo a olvidarlo?¿cómo iba a olvidar sus besos, sus caricias, sus palabras…..? Palabras que quizá hubiera reproducido para cada una de las mujeres que habían pasado por su cama, pero que yo había guardado muy bien en mi corazón, y que probablemente no dejaría marchar en mucho tiempo…

Ángela no volvió a llamarme, a pesar de estar segura de que ella estaría muy preocupada, pues no era normal que yo faltara a clases sin motivo aparente, ella solía darme un espacio siempre que estaba mal, pues no le gustaba agobiarme, cosa que me hacía sentir un poco aliviada, la verdad ahora mismo no tenía ganas de hablar con nadie, y mucho menos de dar alguna u otra explicación sobre por qué me encontraba en mi cama, acostada, y abrazada a una almohada intentado, inútilmente, evitar que las lagrimas continuasen saliendo de mis ojos. Por más que intente cerrar los ojos y dormir, no sé por qué pero me sentía bastante agotada, no lo conseguí, pues cada vez que cerraba mis ojos, la imagen de Tanya frente a mi volvía a mi cabeza, la cual reproducía nuestra conversación una y otra vez inevitablemente; así que fue como a las tres menos diez de la tarde aproximadamente cuando escuche como la puerta del piso se abría, para después cerrarse, a continuación escuche unos pasos, que estaba segura pertenecerían a Ángela, y efectivamente así fue, ya que minutos después sentí como tocaba suavemente la puerta de mi dormitorio.

-¿Bella, estas ahí?-dijo con voz suave, aun así yo no respondí nada-¿Bella?

-¿puedo pasar?-pregunto tras no escuchar respuesta alguna por mi parte

Nuevamente me quede callada, pues sabía que de igual forma entraría, así que intente secar mis húmedas mejillas, eliminando toda evidencia de haber llorado, antes de que Ángela abriera la puerta con suma delicadeza y entrara a la habitación, en un principio no vi su rostro, pues me encontraba de lado dándole la espalda, pero sentí y escuche como sus pasos se acercaban y rodeaban la cama para quedar frente a mí. Cuando así lo hizo, se arrodillo junto a esta y me miro con preocupación en sus ojos, yo simplemente trate de esconder mi mirada, pero aun así no pude evitar que nuevas lagrimas surgiese de mis ojos cuando ella me pregunto qué había sucedido, que si me encontraba bien, lo cual provoco que Ángela se preocupara aun más, por lo que simplemente me abrazo fuertemente antes de que yo comenzara a hablar, o más bien balbucear, entre lagrimas lo que había sucedido en el campus.

-Bella, Tanya está llena de veneno por naturaleza, y si a eso le sumas que está llena de rabia porque Edward la mando a la mierda, es lógico que tratara de sembrar la duda en tu cabeza, que tratara de herirte-continuo hablando Ángela, tratando, por enésima vez, de convencerme de que Tanya simplemente me había dicho eso con el único fin de hacerme daño y perjudicarme a mí y a Edward, y aunque así fuera, en este momento la realidad de las palabras que Tanya había escupido, me hacía sentir un profundo miedo, por lo que me era difícil escuchar a Ángela con coherencia y precisión. -Escúchame Bella, Edward te ama, ¿vale? No dudes de él, porque eso le hará daño-yo negué frenéticamente con la cabeza

-Yo no quiero hacerle daño…-dije mientras mis lágrimas seguían humedeciendo mi cara, incluso la almohada tenía una pequeña porción húmeda-

-Pues entonces, no dejes que las palabras de Tanya te cieguen-me aconsejo

-Ángela, no se trata de eso, ella tiene razón, ¿Qué le puedo ofrecer yo a Edward? Hay miles de mujeres ahí fuera mucho mejores que yo, mujeres que si se lo merecen-dije la evidente y dolorosa realidad

-¿Qué estupidez es la que acabas de decir? Por dios Bella, Edward no podría haber tenido más suerte al encontrarte a ti, eres una persona excepcional-volví a negar con la cabeza y Ángela bufo sonoramente desesperada, y a punto de perder la paciencia-¿sabes lo que realmente me molesta?, que Tanya haya conseguido lo que quería, mira como estas, así es como ella quiere verte, hundida… ¡y le estas dando el gusto!-me recrimino, pero a mí no me importo, así que simplemente me encogí de hombros y abrace aun más fuerte la almohada, como si mi vida dependiese de ello.

-Está bien, si no quieres entrar en razón, yo no puedo hacer nada, pero te estás equivocando Bella-dijo seriamente-ahora, es mejor que comas algo-su voz se dulcifico-es bastante tarde y llevas demasiadas horas sin comer, así que ¿qué te apetece?-me preguntó mientras se ponía en pie

-No tengo hambre Ángela-dije sinceramente, en este momento más que hambre tenía ganas de vomitar…me sentía realmente mal-¿qué hora es?-pregunte fingiendo desinterés, ya que recordaba perfectamente que había quedado con Edward en su departamento para comer, aunque claramente no iría, no quería verlo, sabía que si lo veía, no sería capaz de mantener una postura feliz, y serena frente a él, pues estaba segura que terminaría derrumbándome frente a él, y no era eso lo que quería, me negaba a mostrarle lo vulnerable que era, si de por si pensaba que era insuficiente para él, no era necesario que se diera cuenta de lo patética y débil que también podría llegar a ser.

-Son las cuatro de la tarde, y quieras o no vas a comer algo-dijo seriamente mientras abría la puerta del dormitorio, para así escuchar como sus pasos se alejaban hasta la cocina-supongo que no te apetece salir de la cama, así que te llevare la comida al dormitorio-dijo desde la misma cocina

Me removí sobre la cama, para quedar acostada sobre mi espalada, donde después lleve mis brazos hasta mi cabeza, y tape mi rostro con mis manos, cerrando los ojos fuertemente, pero un espasmo recorrió mi cuerpo cuando mi móvil comenzó a sonar, al principio no conteste, ni siquiera me levante de la cama para ver quién era la persona que me llamaba, pues tenía cierto miedo de comprobar que el autor de la llamada era Edward, pero el móvil continuo sonando en repetidas ocasiones, hasta que finalmente, y para mi alivio, dejo de hacerlo, y entonces fue ahí cuando entro Ángela en el dormitorio, con una bandeja llena de comida, demasiada comida pensé, incluso aunque fuéramos a comer las dos, era demasiada, yo realmente no tenia apetito, y Ángela no era una chica que solía comer en exceso, su estomago parecía ser diminuto; Dejo la bandeja sobre la mesita de noche, para después obligarme a que me incorporara y quedara sentada sobre la cama, donde comí algo de comida gracias a la insistencia de Ángela, que también me acompaño durante la comida, así que una vez ambas terminamos de comer, Ángela llevo la bandeja a la cocina y luego regreso nuevamente a mi dormitorio.

-¿Cómo te sientes ahora? Apuesto a que comer te ha sentado bastante bien, -dijo sonriente, y yo intente imitar su sonrisa, aunque ella pudo percibir al igual que yo, que había sido una sonrisa demasiado forzada.

-En realidad me duele un poco la cabeza-debía de ser por la simple causa de que llevaba horas llorando-creo que voy a intentar dormir un rato-dije mientras me levantaba de la cama

-Está bien, yo voy a leer un rato, antes de ponerme a estudiar-dijo mientras yo salía, al igual que ella, del dormitorio para dirigirme al baño, donde me pondría algo más cómodo para dormir, puesto que aun estaba vestida. Así que de esta forma Ángela se fue a la sala de estar, mientras que yo fui al baño, donde me puse un cómodo y fresco camisón blanco (FP) para dormir antes de volver a mi habitación y meterme en la cama para intentar conciliar el sueño, aunque en un principio fue totalmente imposible ya que nuevamente mi móvil comenzó a sonar, cosa que estuvo haciendo durante al menos dos horas, a pesar de que yo no fui totalmente consciente de ello, ya que tras la tercera vez que volvió a sonar, lo había puesto en silencio sin ni tan siquiera pararme a ver de quien procedían todas aquellas llamadas, pues de lo contrario estaba segura de que me sería imposible dormir, y realmente en esos momentos lo necesitaba, quería desconectar un poco de esta horrible pesadilla, y trasladarme a otro mundo, y valla que si lo hice, ya que logre quedarme profundamente dormida al menos hasta que escuche el timbre de casa sonar, lo cual provoco que despertara súbitamente, logrando ponerme nerviosa cuando este volvió a sonar, como si la persona que estuviera al otro lado de la puerta estuviera terriblemente nerviosa y ansiosa. Me levante de la cama y camine descalza hasta la puerta del mi habitación la cual abrí cuidadosamente para así poder ver a Ángela caminando por el pasillo hasta el hall de la casa, me mostro una tranquilizadora sonrisa antes de acercase a la puerta y mirar por la mirilla de esta.

-Es Edward-articulo con los labios en voz apenas audible después de mirar por la mirilla de la puerta

-No le abras-dije con voz temblorosa-

-¿Qué? ¡Bella no puedo hacer eso, él sabe que estamos aquí!-susurro nuevamente antes de escuchar como por tercera vez Edward tocaba el timbre.

-Pero yo no quiero hablar con él-me queje como una niña, mientras un agobio abrumador comenzaba a invadir mi cuerpo. ¿Dios que le iba a decir? ¿He hablado con Tanya, y me ha hecho ver lo poca cosa que soy para ti…? Oh dios, realmente no podría hablar con él, no quería, no me sentía preparada.

-Pues deberías hacerlo, ya que él no es culpable de las estupideces que Tanya te ha dicho, y tampoco tiene la culpa de que tú te hayas tragado las tonterías que esa zorra te ha dicho-me reprendió rápidamente y yo negué con la cabeza-Esta bien, voy a abrir la puerta-dijo y yo sentí como la sangre se me subía a la cabeza-

-No, no, no –dije en voz muy baja-por favor Ángela, dile que estoy durmiendo, o mejor aun dile que estoy enferma y es contagioso, que no pase a verme

-no se lo va a tragar-respondió y yo la mire con ojitos llorosos, por lo que ella bufo desesperada

-Está bien, le diré que estas durmiendo y que cuando despiertes lo llamaras-dijo y yo fruncí el ceño-eso o le digo que pase a verte-dijo al verme no muy convencida, por lo que yo derrotada asentí, y me metí a mi dormitorio rápidamente, intentando no hacer ruido al cerrar la puerta, donde prácticamente pegue mi oreja, para escuchar lo que Ángela le decía a Edward cuando le abrió la puerta

-Hola-saludo amablemente Ángela-siento haber tardado, estaba leyendo en la sala de estar, y quedo algo absorta cuando me pongo a leer-rio disimuladamente

-Hola Ángela, no te preocupes, no llevo mucho tiempo esperando-dijo con voz monótona, pero aun así mi corazón dio un brinco al escuchar su bonita voz-¿esta Bella aquí?-pregunto con ansiedad-Habíamos quedado para comer, he estado esperándola y no ha venido a mi departamento, ni si quera me ha avisado,-dijo algo molesto- además llevo horas llamándola y no responde a mis llamadas, estoy realmente preocupado, eso es tan raro en ella-dijo con voz amarga, tanto que me dio la sensación de que realmente estaba preocupado –por favor dime que está aquí

-No te preocupes, que ella si esta aquí-dijo Ángela para tranquilizarlo, lo conocía tan bien, que estaba segura que antes de estar profundamente preocupado habría estado muy, muy enfadado conmigo.

-Dios, creía que le había pasado algo-dijo más calmado-ella siempre responde a mis llamadas, siempre había venido a casa cuando quedábamos, y si no lo había hecho siempre me había llamado para decirme que no podía venir-dijo con voz triste y un poco molesta-¿Dónde está?

-Durmiendo-respondió rápidamente Ángela-ha llegado con un fuerte dolor de cabeza, así que se ha acostado un rato

-¿Me estás diciendo que por un dolor de cabeza ella no ha podido llamarme o al menos contestar el teléfono, y a pasado como el culo de mi toda la tarde?-gruño molesto-

-No se…no he hablado...-comenzó a decir mi amiga, supongo que intentando inventarse una buena excusa.

-No puede ser, ella no es así, algo le tiene que haber sucedido-dijo con seguridad Edward, y sentí un escalofrió al escuchar su voz más cerca de lo que hubiera imaginado-Esta en su dormitorio ¿cierto?- cuando dijo eso supe que no podía estar muy lejos de la puerta de mi dormitorio pues su voz ahora se escuchaba incluso más cercana que antes como si estuviera apenas a unos pasos de mi, así que temiendo de que en cualquier momento pudiera entrar, me fui a la cama, aunque antes de hacerlo escuché con voz demasiado baja, tanto que no alcance a escucharla, como Ángela le murmuraba a Edward algo, lo cual hizo que después Edward le susurrara un "gracias Ángela, te debo una" provocando en mi un desconcierto total, el cual no duro mucho tiempo, ya que pronto la comprensión de sus palabras llego a mi cabeza, Oh dios, realmente iba a matar a Ángela, sin darle una oportunidad de justificarse, en el caso de que Edward traspasara esa puerta, porque sabía que si lo hacía, la única responsable seria Ángela.

Dos minutos después, exactamente dos, la puerta de mi habitación se abrió con suma delicadeza y lentitud, provocando que dicha habitación quedara iluminada a causa de la luz que entraba del pasillo, pero que minutos depuse esa misma luz volvió a desaparecer cuando la puerta se cerró nuevamente, aunque claro la evidente diferencia, es que ahora Edward estaba dentro de mi dormitorio, y no es que yo estuviera sentada esperándolo, no, ya que yo estaba acostada y "durmiendo" sobre mi cama, pero simplemente sabía que era él, ya que en el mismo instante en el que entro su varonil aroma había inundado mis fosas nasales. Mentalmente rezaba para que se marchara, al ver que en realidad estaba dormida, pero no lo hizo, incluso se atrevió a caminar hasta la cama y ponerse de cuclillas justo en frente de mi rostro, pude sentir como me miraba fijamente, y aunque no lo pude ver, sabía que la duda estaba en sus ojos. Esperaba que me hablara, que me llamara, o que simplemente se quedara en silencio, pero para nada esperaba lo que hizo, ya que de un momento a otro, y sin esperármelo, sentí sus húmedos labios sobre los míos, comenzó a besarme lentamente, mientras yo intentaba con todas mis fuerzas no corresponder a su beso, y aunque no lo conseguí, ya que mis labios comenzaros a moverse lentamente al compas de los suyos, no permití que su lengua entrara a mi boca, provocando que sus labios se movieran más lentos sobre los míos dándome a entender lo desconcertado que estaba ante mi reacción, lo cual me sirvió para romper el pequeño beso y sepárame de él. Suspire pesadamente y me levante de la cama, él sabía que no estaba durmiendo, y por si las dudas se había encargado de despertarme, así que no tenía sentido retrasar lo inevitable. Abrir la ventana permitiendo así que el cuarto quedara iluminado, intente ignorar como los ojos de Edward se oscurecieron al verme con la ropa que usaba, y me dirigí a la cama donde me senté en el borde de esta.

-¿Por qué me has despertado?-pregunté tontamente, al no saber qué decir, me sentía tan extraña…

-No se puede despertar a alguien que no estaba durmiendo-dijo sentándose a mi lado, yo mientras tanto intentaba no mirar su rostro, no cruzarme con su mirada mientras me mantenía en silencio, pensando en todas las maneras posibles en las que podría matar y torturar a Ángela, por haberlo dejado entrar, y esta vez no se iba a salvar diciéndome que lo había hecho por mi bien, no, nada de eso, esta vez me iba a vengar.-¿estás bien?-pregunto de repente-¿Por qué no has contestado a mi llamadas?¿Por qué no has ido a casa a comer?¿por qué te siento distante ahora?-preguntó esto último en un pequeño susurro lastimero antes de quedarse callado-

-Estoy bien-logre decir mientras miraba hacia otro lado, para evitar que viera la pequeña lagrima que se deslizaba por mi mejilla, escuchar la tristeza retumbando en mi voz hacia que el corazón se me achicara.

-Solo me vas a decir eso-dijo rompiendo nuevamente el incomodo silencio que se había formado entre nosotros-no piensas darme una explicación-dijo y yo nuevamente me quede en silencio, no sabía que decirle, por un lado estaba Tanya en mi cabeza, diciéndome que Edward la había querido a ella, que yo no era suficiente para él, que solo me quería por el sexo y que después de unos meses se aburriría de mí y me dejaría, y por otro lado estaba Edward, aquí, parecía preocupado, triste, incluso decepcionado, y yo me sentía tan mal, sentía que quería desaparecer.-dios, Bella di algo, lo que sea, pero no te quedes callada, por favor-se levanto de golpe de la cama y se puso a caminar de un lado hacia otro-¿tienes idea de cómo me siento? Llevo horas esperándote, horas llamándote, preocupado, y llego aquí, y me encuentro con que te haces la dormida para no verme, después no me hablas, estas como a 100Km de distancia de mi, siento que me estas ignorando, y no sé por qué, esta mañana estábamos tan bien, y ahora no lo entiendo, ¿Qué ha pasado para que estés así?-dijo revolviéndose el pelo repetidas ocasiones con su mano, para después voltearse y caminar hasta mi-porque algo ha pasado ¿verdad?, más bien quiero creer que algo ha sucedido para que estés así, porque si no te juro que no lo entiendo, llevo todo la maldita tarde dándole vueltas a la cabeza, pensado si he hecho algo mal, si he dicho algo que te ha herido, pero no encuentra una razón lo suficientemente razonable como para hacerme sentir, que no te importo nada, porque es así como me he sentido esta tarde

No-grite inmediatamente-no, ¿Cómo puedes pensar algo así? –Dije mirándolo fijamente a los ojos, algo que no había hecho desde que él había entrado en la habitación-No tienes una idea de lo mucho que me importas-murmure bajando la mirada cuando él me miro de forma sorprendida, y se acerco a mí con delicadeza.

-Tienes los ojos rojos ¿Has estado llorando?-pregunto con tristeza mientras se ponía, nuevamente, de cuclillas frente a mí, y junto a mis piernas, para después pasar sus dedos por mis mejillas, eliminando un par de disimuladas lagrimas que no había logrado retener en mis ojos.- No me gusta verte llorar, me duele verte así-

-No quiero que pienses que no me importas-me limite a decir ignorando lo que él me acababa de decir

-Y yo no quiero pensarlo, solo no sé por qué has actuado así, necesito que me lo expliques, que me convenzas de que no te arrepientes de esto-dijo con miedo

-No me arrepiento de nada de lo que he vivido contigo, no me arrepiento de haberme enamorado, la cuestión es ¿lo haces tú?-dije intentando que mi voz sonara clara, Tanya había sembrado dudas en mi cabeza, quizá yo había hecho mal en escucharla, pero ahora necesitaba aclarar muchas cosas, necesitaba que Edward me dijera que me amaba, y que Tanya estaba equivocada, que seguía siendo una zorra mentirosa y envidiosa, quería escucharlo de sus labios, no solo lo quería, sino que necesitaba escucharlo.

-¿cómo puedes dudarlo?-me reprocho- Eres lo más valioso que tengo, lo que más quiero-dijo mirándome a los ojos

-¿estás seguro de que lo que siente por mi es amor? Quizá estas confundiendo sentimientos, ¿y si solo sientes atracción, deseo…?-deje caer como un cubo de agua fría, ni si quiera yo me reconocía ¿cómo era capaz de decirle esto?

-¡¿Qué?-primero vino la sorpresa, después el enfado-¿me lo estás diciendo en serio Bella? Si solo sintiera atracción por ti, no estaría aquí con el corazón en la mano, no te diría que te amo todos los días, no me dolería pensar en la maldita idea de tenerte lejos, no sería capaz de saltar al vacío por ti, no desearía vivir en un mundo en el que tu no estés, ¿crees realmente que solo siento una atracción física por ti Bella? Si solo hubiera deseado tu cuerpo, ¿Qué sentido tendría que estuviera hoy aquí contigo?¿qué sentido tendría haberte dicho que te amo?-dijo con tristeza-sé muy bien lo que siento, y lo que siento no es una simple atracción física, estoy enamorado, te amo con toda el alma y me duele que dudes de mis sentimientos, que no me creas cuando te lo digo-en su voz pude ver realmente que a él le dolía que dudara de sus sentimientos- creo que te he demostrado que te quiero , que he cambiado, tú me has hecho cambiar, tu provocas que cuando hacemos el amor, yo te ame, y no solamente a tu cuerpo Bella, porque por encima de todo te amo a ti, por eso me duele escucharte hablar así….tu desconfianza me mata-dijo finalmente con voz apagada, y realmente no sé si fue por ver como una tímida lagrima salía de una de sus orbes verdes, o por la sinceridad y seguridad que me había transmitido a través de sus palabras, pero supe que había sido una idiota, la tía mas gilipollas del planeta al haber dudado de su palabra, al haber dudado de su amor, y al haber creído las palabras de una persona tan envidiosa como lo era Tanya porque qué importaba lo que ella hubiera dicho, si ahora él estaba aquí, conmigo, demostrándome una vez más que me amaba más que a su propia vida. Por un momento me odie a mi misma por haber permitido que Tanya manchara las bonitas y sinceras palabras que Edward me había dicho, me odie por haber dudado de él.

-Lo siento-dije cuando él se puso en pie nuevamente-perdóname-murmuré con sinceridad-he sido tan estúpida, no debí decirte nada de lo que te dije, no me voy a justificar-dije, pues el daño que le había hecho ya no tenía remedio-pero a veces siento tanto miedo de que te des cuenta de que no soy la mujer con la que soñaste, y te vayas de mi lado que eso me trastorna y me hace decir cosas que en realidad no quiero decir

-Tú eres mucho mejor que la mujer con la que soñé, si es que llegue a soñar con alguna, porque realmente nunca pensé en enamorarme hasta que te conocí-dijo mientras yo me ponía en pie y me acercaba a él tímidamente-por favor grábate esto bien en la cabeza porque será lo más sincero que jamás podre llegar a decir-dijo mientras se acercaba a mi oído y decía-Te amo, y siempre lo voy a hacer, no voy a desaparecer, no voy a salir corriendo, a menos que tu lo hagas y me obligues a perseguirte para atraparte y volverte a convencer de que estas locamente enamorada de mi y de que soy el único hombre con el que quieres estar-dijo para después separase de mi oreja, y rozar nuestros labios.

-Estoy locamente enamorada de ti y definitivamente eres el único hombre con el que quiero, y querré estar…solo espero que ese hombre me perdone por haber sido tan estúpida-le dije sonriendo sobre sus labios y el inevitablemente sonrió antes de besarme lentamente.-

-Ya te ha perdonado, tienes algo que no me deja enfadarme contigo durante mucho tiempo, y menos aun cuando veo tu rostro lleno de dolor… Bella, por favor, dime por qué has estado llorando -suplico tras nuestro corto beso, yo fruncí el ceño dudosa, no sabía si contarle o no mi conversación con Tanya, sabía que si lo hacia corría el riesgo de que se enfadara tanto que probablemente la mataría-por favor-volvió a suplicar, y tras pensarlo unos minutos suspire hondo antes de comenzar a contarle la historia, aunque quitando algunos detalles que no quería volver a reproducir, por mi y por él, ya que estaba segura que se enfadaría muchísimo más de lo que se iba a enfadar cuando le contara de mi encuentro con Tanya.

-Esta mañana, me encontré con Tanya-dije y la rabia pobló su mirada

-Entiendo que al verla hayas recordado cosas dolorosas, me gustaría poderlo haber evitado, pero aun así no tienes que desconfiar de mi por eso y…

-Shhh… -lo calle-no me gusto verla, no lo voy a negar, yo tenía pensado ignorarla, pero tuvimos un encuentro, y…-la ansiedad y curiosidad se notaban en su mirada

-¿le pegaste? ¿Te toco ella?-dijo con voz brusca y yo sonreí, siempre era tan sobre protector

-No, créeme que consideré la idea de pegarle-dije y él sonrió- pero solo hablamos, es decir discutimos algunos puntos, y bueno simplemente acabamos diciéndonos cosas que eran necesarias decir-dije con voz triunfal al recordar como la había puesto en su lugar a la muy zorra, y aunque ella después había logrado hacerme pedazos, al menos nunca se enteraría de eso.

-Y eso te hizo ponerte así de mal, ¿cierto?-yo asentí

-sus palabras fueron demasiado duras-sentí un ligero escalofrió en la espalda al recordarlo, pero aun así, Edward me insistió en que le contara la conversación que había tenido con Tanya, así que poco a poco fui relatando parte de esta, la cual era interrumpida por insultos que Edward le dirigía a Tanya entre murmullos, incluso en mitad de nuestra conversación llego a asegurarme que iría a hablar con ella y le aclararía un par de cosas a la cara después de haberle gritado lo estúpida que era y la repugnancia que le tenía, aunque por suerte logre convencerlo, de que lo mejor sería dejar las cosas como estaban, pues yo ya me había encargado de dejarla en el lugar que le correspondía. Durante el momento final en el que le estaba relatando la conversación, Edward se enfado muchísimo cuando llegue al punto en el que Tanya había insinuado sutilmente que Edward me había estado engañando con ella durante este tiempo, cosa que yo le asegure que realmente no había creído, y era cierto, pues si de algo estaba segura, a pesar de mis tontas dudas, era de la fidelidad que Edward me tenia, que era tan grande como la que yo le tenía a él.

-Lo siento tanto, odio saber que sientes ese dolor por mi culpa, por culpa de un maldito error, porque eso es para mí Tanya, un puto error, sin duda el peor de mi vida-dijo con rabia-pero ¿cómo ha podido ser capaz de decirte todo eso? Ella no tiene idea de lo que yo busco en una mujer, no entiende por qué te amo tanto…-dijo

-La verdad yo aun tampoco lo entiendo, es algo ilógico que me ames, -dije y el rodo los ojos antes de continuar hablando

-Te quiero porque cuando estoy contigo soy una persona distinta, haces en mi una persona diferente, a alguien que saca lo mejor de aquí dentro-puso su mano izquierda en su pecho, donde se encontraba su corazón-me haces soñar, me hacer reír, suspirar, me haces sentir como nadie me ha hecho sentir jamás, te quiero tal y como eres, y jamás vuelvas a decir que no eres suficiente mujer para mí, porque en realidad soy yo el que no te merece, aun así jamás te dejare marchar, pues soy demasiado egoísta para hacerlo, soy yo el que te necesita a mi lado Bella, es una estupidez que digas que no eres mujer para mi, ¿realmente has tenido oportunidad de mirarte a un espejo con detenimiento? Físicamente eres perfecta, y por dentro aun lo eres más, estas hecha a mi medida, tú me haces sentir, me haces vibrar, haces que nazcan los más hermosos sentimientos dentro de mi corazón, eres la única que hace que tiemble como un jodido adolescente hormonal cuando me besas, cuando me tocas, o cuando me dices que me quieres y simplemente me sonríes, por eso nunca te vuelvas comparar con Tanya, porque ella a tu lado no es nada, ella jamás fue capaz de hacerme sentir lo que tu provocas, ella jamás pasara de ser un puto polvo, un revolcón de una noche, tú en cambio eres algo mas, tú lo eres todo, eres la única mujer que he amado en mi vida Bella, me escuchas, la única, solamente a ti he sido capaz de decirte te amo, solo a ti te he hecho el amor, solo te quiero a ti, y eso no va a cambiar, ni hoy, ni mañana, ni dentro de mil años, porque te tengo en lo más profundo de mi corazón, y en lo más puro de mi alma, y jamás va a cambiar mi forma de quererte, siempre vas a ser la mujer más maravillosa de este planeta, la mujer que me ha enseñado a amar. – dijo finalmente y yo me emocione al saber que todas sus palabras había salido de su corazón, por lo que no puede evitar llorar, aunque esta vez mis lágrimas eran de pura felicidad

-Eso sí preciosa, no quiero que llores nuevamente, antes prefiero que me des 100 patadas en los huevos-dijo sonriendo y yo reí alegremente-pero no llores más por favor-dijo besando mis mejillas, para quitar mis lagrimas

-Lloro de felicidad, porque soy tan feliz de tenerte a mi lado-lo abrace fuertemente y el sonrió mientras besaba mi cuello y me devolvía el abrazo, aquel abrazo sin miedo, sin dudas, sin fantasmas, solo lleno de amor, su amor que al igual que el aire era lo que yo necesitaba para vivir.

-Si es de felicidad, entonces te permito que llores todo lo que quieras-dijo después de separarnos del abrazos

-¿en serio me dejaras darte 100 patadas?-dije sonriendo

-Con tal de que no estés triste, lo que sea-dijo poniendo cara de dolor, y llevándose sus manos a su entrepierna provocando que yo sonriera

-No creo ser capaz de hacerle algo así a Eddie junior, así qué te parece si te cambio las 100 patadas por 100 besos-dije alzando una ceja sugerente.

-¿Eddie junior? ¿Has llamado Eddie a mi amigo?-dijo molesto

-Bueno ya que tú no quieres que te llame a ti de esa forma, lo llamare a él-dije refiriéndome a sus partes intimas mientras reía-ya que no hablar no podrá quejarse tanto como tú

-Hace cosas mejores que hablar-dijo riendo entre dientes-además yo puedo quejarme por él, y definitivamente no le gusta-

-Estoy segura de que puedo hacerle cambiar de idea-alce una ceja riendo y el gimió al saber lo que me traía entre manos.

-¿Luego se supone que soy yo el que te quiere solo por el sexo no?-rio

-¿Quién ha dicho que vamos a tener sexo? Tu y yo vamos a hacer el amor-dije riendo mientras lo empujaba a la cama, hasta que cayó de espaldas en esta mientras yo rápidamente fui y le puse el pestillo a la puerta de mi dormitorio, para después quitarme mi camisón, quedando en ropa interior y tirarme encima de él en la cama riendo.

-Tengo que decirte algo, aunque adoro el sexo contigo, que es genial-añadió-ahora no vamos a poder hacer nada-gimió cuando mordisquee su oreja antes de incorporarme y mirarlo extrañamente.

-¿por qué?-fruncí el ceño

-Porque no he venido preparado-dijo frutado-

-¿No llevas condones?-pregunte con el corazón acelerado al sentir su leve erección chocar contra mi muslo interno

-No sabía que íbamos a acabar así- gimió y yo bufe, aunque la sonrisa volvió a mis labios en el mismo instante en el que una idea cruzo mi cabeza.

-No importa…-dije y volví a besarle el cuello

-¿Cómo que no importa?

-Tranquilo, podemos dejar la parte de hacer el amor para más tarde, pero ahora podemos empezar con los preliminares ¿no?-dije y él sonrió pícaramente

-Eso suena interesante-dijo mientras llevaba sus manos a mis nalgas y las apretaba hacia su cuerpo.

-¿ya sabes dónde?-pregunte sonriendo

-¿dónde?-repitió extrañado

-Sí, ¿sabes donde quieres que te dé el primero de tus 100 besos?

-Aun no he aceptado el trato-dijo riendo

-Se que lo harás, así que dime

-Mmmm…así que tengo para elegir 100 besos tuyos, donde yo quiera ¿no?-dijo y yo asentí sonriendo-Vale, pero antes de empezar, que te parece si te doy la mitad a ti, así jugamos los dos-propuso, y yo sonreí ante su idea

-de acuerdo, pero yo pongo otra condición, antes de empezar, tienes que quedarte en ropa interior-dije inocentemente y el rio alegremente-solo para que estemos en las misma condiciones-aclare riendo

-Ya claro, lo que tu digas preciosa-dijo mientras se incorporaba un poco sobre el colchón y se quitaba la camiseta de manga corta, que esta mañana no llevaba, y sus pantalones vaqueros, los cuales tiro junto con la camiseta al suelo después de haberse quitado los zapatos y calcetines.-Listo-dijo volviéndose a recostar, y volviéndome a posicionar sobre él.

-Bien, ¿quieres empezar tu regalándome besos?-dije juguetona

-Las damas primero por favor-me señalo, y yo reí antes de asentir, esperando que él me indicara donde quería que le diera su primer beso. Con un dedo me señalo sus labios sonriendo, así que yo me incline sobre ellos, y los bese con deseo, tranquilidad y lentitud antes de separarme de él.

-Mi turno-dijo ansioso mientras se incorporaba para quedar más cerca de mi rostro. Yo me quede unos segundos pensando el lugar en el que quería que me besara, y la verdad no me decidía, pues quería que me llenara de besos por todos lados, pero como solo podía elegir un lugar, por ahora, con un simple gesto incliné mi cabeza hacia la derecha, dejándole un total y libre acceso a mi cuello que él interpreto a la perfección, así que cuando quite mi pelo sonriendo, el pego sus labios a mi cuello y comenzó a besarlo tan sensualmente que arranco de mi garganta un placentero gemido, que esperaba que Ángela no hubiera escuchado. Cuando sus labios se despegaron de la piel de mi cuello me indico que me recostara sobre mi espalda en la cama, como él lo había hecho antes, y yo así lo hice.

-Quítate el sujetador-me susurro cerca de mi rostro-

-Eso te restará 5 besos de los 49 que te quedan-murmure entrecortadamente al sentir cada musculo de su cuerpo sobre el mío

-3 besos-negocio y yo sonreí.

-4, y es mi última oferta-dije con la respiración agitada

-Al menos me dejaras que yo te lo quite-dijo y yo reí-creo que es lo más justo.

-Está bien-dije para después sentir como sus manos recorrían mis brazos hasta bajar y colarse por mi espalda, donde con suma maestría desabrocho mi sujetador color blanco, al igual que mis bragas, con florecitas de colores estampadas (FP) para así quitármelo lentamente, dejando libres mis pechos.

-el abdomen-susurro sensualmente mirando fijamente y con deseo mis redondos pechos-quiero que me beses el abdomen-dijo provocando que yo saliera de mi ensoñación y recordado que era mi turno de besar, así que muy suavemente lo empuje para que se acostara en la cama, aunque no sé exactamente cuantas vueltas le habíamos dado a esta, ya que ahora nuestros pies estaban sobre la almohada, y nuestras cabezas, bueno al menos la suya que era la que estaba apoyada sobre el colchón estaba en el lado contrario al de la almohada.

Con mis labios delinee cada uno de sus abdominales, intentando hacerlo de la manera más sensual que sabía, y que para mi satisfacción estaba dando resultado ya que comenzaba a sentir su erección, mucho más despierta que antes, bajo mi abdomen a través de la fina tela de sus bóxers negros. Continué besando con anhelo su suave piel durante un par de segundos más hasta que finalmente me separe de él, me sorprendí gratamente al verlo con los ojos cerrados, y con una mueca de placer en el rostro, así que ágilmente llegue hasta sus labios y los bese rápidamente

-Este, de propina-le guiñe un ojo cuando abrió los suyos sonriendo para después dirigirme a su oreja-mmm…quiero un mordisco-dije sensualmente, y el soltó un gemido sordo-en el pecho-añadí riendo

-Eso te restara 6 besos-dijo perspicaz, y yo sonreí-

-Al menos espero disfrutarlo-lo rete

-créeme que lo harás-dijo tomándome súbitamente de la cintura y haciéndome rodar junto a él para que en esta ocasión yo quedara bajo su cuerpo, así que de esta forma bajo su rostro hasta la altura de mi pecho izquierdo, donde cerca de mi aureola, clavo sus dientes provocando que mi grado de excitación aumentara a niveles inimaginables, tras regalarme un par de mordiscos más que provocaron que yo realmente me encendiera, se separo de mi pecho y me miro a los ojos sonriendo.

-¿han valido la pena sus 6 besos menos señorita?

-Definitivamente han valido la pena Doctor Cullen-reí

-Ahora soy yo el que quiere un morisco, espero que me ofrezca un precio justo a pagar-dijo mientras acariciaba con sus manos mis pechos y mis costados

-depende del lugar-murmure coqueta

-el culo-dijo directamente y yo literalmente me relamí los labios, sin duda esa parte de su anatomía me volvía loca, y me encantaba, así que la idea de poner mi boca, o mejor dicho mis dientes ahí, hacia que hiperventilara

-10 besos-ofrecí sonriendo

-Un alto precio…-murmuro pensativo

-prometo que no te arrepentirás-garantice para después guiñarle un ojo

-no lo hare-dijo seguro mientras se acostaba bocabajo sobre la cama y yo me ponía junto a él.

-quítate los bóxers-susurre

-eso te costara 11 besos-rio Edward

-¿Qué? No nada de eso, tú eres el que ha pedido el mordisco

-ya pero tú eres la que me va a quitar los bóxers para dármelo, así que se te restan 11 besos preciosa-dijo riendo mientras movía el culo

-Tramposo-lo acuse dándome por vencida mientras yo misma bajaba sus bóxers hasta sus tobillos, donde ya él mismo se encargo de quitárselos de una sacudida. Con algo de fuerza mordí su irresistible trasero en repetidas ocasiones dejándole pequeñas marcas de mis dientes, sobre las cuales deje un par de besos; no reprimí mis ganas de manosearle el culo a mi antojo, así que ni corta ni perezosa mis manos delinearon cada parte de su firme y duro trasero provocando que una sonrisa en mi rostro apareciera en todo momento.

Finalmente tras darle un par de mimos más a su trasero, llego mi turno el cual utilice para que me quitara las bragas, a lo que el añadió que lo haría solamente con los dientes, por lo que ambos nos habíamos quedado completamente desnudos, así que si antes, que ambos estábamos solo en ropa interior era realmente difícil resistirse a la tentación, ahora prácticamente era imposible, por lo que cuando todos nuestros 50 besos quedaron agotados, en lametones en el cuello, más mordisco, y alguno que otro chupetón por mi parte, llegaron las caricias, que para nada eran inocentes pues Edward no paraba de acariciar la parte interna de mis muslos, mientras que mis dedos insistían en querer quedarse en la zona baja de su abdomen, justo bajo su ombligo; era sumamente frustrante saber que no podíamos tener relaciones ya que no teníamos un puñetero preservativo, lo cual me hizo pensar que probablemente haría una visita a mi ginecóloga próximamente, pues la idea de tomar pastillas anticonceptivas cada vez era más necesaria para nosotros, sobre todo por el hecho que el ambiente entre ambos se calentaba muy pronto y en los lugares y situaciones más inimaginables, y no siempre Edward o yo llevábamos un paquete de preservativos encima, suerte que en esta ocasión y aun no sé muy bien como, logramos resistirnos a que Eddie junior hiciera de las suyas, aunque más bien creo que el hecho de que no termináramos haciendo el amor sin condón fue el par de regalitos orales que yo le hice a Edward y que este mismo me hizo a mí, que aunque no fueron suficientes como para quedarnos satisfechos, si que nos permitieron aguantar unas horitas más hasta que conseguimos condones, para ahí si dejarnos llevar irrefrenablemente por nuestros deseos y fantasías mas pervertidas, porque al final de cuentas, sí que es verdad eso de que después de una "pelea", por llamarlo de alguna manera, las reconciliaciones siempre son lo mejor.

Fin flash Back

Aunque odie el momento en el dude de él, realmente agradezco que eso sucediera, ya que desde aquel horrible día, nuestra relación se solidifico completamente, paso a otro nivel, uno en el que la confianza y la unión era mucho mayor, casi tanto como la que él y yo teníamos ahora, tres años después, en realidad creo que necesitaba que ese encuentro entre Tanya y yo sucediera, me sirvió para desahogarme, y para aclarar muchas de las dudas que yo creía haber superado, pero que en realidad seguían ahí, y que tarde o temprano hubieran terminado por salir a la luz, pero supongo que era normal, en aquel momento yo creía confiar en Edward plenamente, pero no era así, porque mis miedos seguían escondidos, y Tanya era uno de mis más temidos miedos, así que aquella conversación entre los dos, sirvió para muchas cosas, sobre todo a mi me hizo madurar muchísimo dentro esta relación, porque desde ese día conseguí enterrar el pasado, y supe entender que estaba segura junto a Edward, y que mi corazón no tenia por que salir dañado, ni él suyo tampoco. Ese día supe que entre los brazos de Edward el miedo jamás existiría.

-Creo que en eso no hemos cambiado, tu aun sigues siendo una testaruda-dijo Edward haciéndome volver a la maravillosa realidad, a mi realidad. -además sigues teniendo la capacidad de perderte a miles de kilómetros de distancia de donde nos encontramos, donde estabas, llevas media hora ausente-apoyo sus mano en mi pierna

-Es que estaba pensando en lo mucho que te amo, aunque tú también sigas siendo un idiota arrogante-sonreí mientras llevaba mis dedos hasta sus labios y los delineaba con cariño mientras ambos estábamos en un cómodo silencio formado por los dos-deberíamos volver a casa de Sam antes de que empiece a oscurecer, recuerda que le has prometido a Seth un partido de baloncesto -dije sonriendo antes de que el besara mis dedos, provocándome un ligero cosquilleo que logró que él sonriera y se acercara hasta mi para dejar un inocente beso en mi mejilla antes de ponerse en pie y tenderme su mano para ayudarme a levantarme, mano que yo acepte encanta así que con algo de impulso logre ponerme en pie de un salto para después sacudirme el culo con las manos ya que este estaba lleno de pequeñas piedrecitas de la arena de playa, mientras que Edward también comenzó a limpiar los pequeños restos de arena que también había quedado en su pantalón. Hubo un momento en el que mientras yo intentaba con esmero quitar los restos de arena de mi pantalón sentí la mirada de Edward clavada en mi, por lo que inevitablemente mis ojos lo buscaron, para detenerse en su rostro en el cual había una tonta y encantadora sonrisa

-¿Por qué me miras así?-dije con una media sonrisa

-Es que cada día me asombro más al ver lo preciosa que eres-dijo tiernamente y a mi casi se me cae la baba, ¡siempre que me decía este tipo de cosas me ponía colorada como un tomate! Y el siempre reía al verme así tal y como lo estaba haciendo ahora.-A veces Charlie hace que se me pongan los pelos de punta y tiemble como una gallina, pero he de admitir que tanto Renee y como él hicieron una autentica obra de arte contigo preciosa-dijo sonriendo y yo volví a sonrojarme

-Bueno, Esme y Carlisle creo que también consiguieron el aprobado contigo-dije rodeando su cuello con mis manos

-Lo sé, aquí entre nosotros, soy el más guapo de mis hermanos-sonrió satisfecho mientras rodeaba mi cintura con sus fuertes brazos y depositaba sus manos en mi espalda baja.

-Ja ja pues ya que empezamos con coeficiencias, te voy a contar un secreto, -dije poniéndome de puntillas para alcanzar su oreja-también eres el que mejor besa de los tres -susurre sobre la piel de su cuello

-¿Has besado a Emmett y a Alice?-pregunto mientras sus manos jugueteaban con mi cintura

-Ohh, Claro-bromee sonriendo, y el soltó una carcajada-pero sin duda, y con diferencia me quedo con tus besos-dije antes de mover mi rostro para acercarlo más a sus labios y así poder rozas levemente mis labios con los suyos.

-bien-murmuro sonriendo antes de besarme a la vez que me abrazaba fuertemente a su cuerpo, donde yo pude sentir cada parte de su bien formada, pero no exagerada musculatura a través de la fina tela de su camiseta, provocando que yo misma profundizara el beso y me perdiera entre los labios del idiota arrogante más perfecto del planeta.

Holaa! :)


Antes que nada, y antes de comenzar a contaros cosillas, os cuento la primera! Cosa que debí haber dicho hace muchísimo tiempo, bueno quería dar las GRACIAS a esta página web por continuar publicando mi historia, la cual lleva ya unos meses siendo publicada allí. Mil gracias a la gente que me lee a través de esta página, y a la que comenta, comentarios que he respondido encantada, solo decir que las que dejáis comentario dentro de los capítulos, no puedo contestarlos porque no me da la opción, aun así me alegro de que os guste la historia, y gracias por comentarla, ya sabéis si dejáis los comentarios en la pagina http://www.diariotwilight.com/?page_id=102030 que aparece la portada y todos los capítulos, os responderé encantada :) 


Diana, (la encargada de publicar los fics en Diario Twilight) Muchísimas gracias a ti también, por tenerme paciencia, y por seguir publicando mi historia :)

Acerca del Autor

Nos dedicamos a brindar información a todos los fans de la Saga Crepúsculo. Desde entonces nos hemos encargado de cubrir premieres, eventos, actualizar día a día nueva información sobre el cast. Después de que terminó la épica Saga en Noviembre del 2012, seguimos los proyectos de cada actor como corresponde.
Lee más en: Conócenos

4 comentarios:

  1. plis sube mas cap no nos dejes con mucha intriga!!!!!

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  2. Anónimo11/09/2011

    sube mas capitulos! me lei todos los capitulos en 3 dias y quiero leer mas pliss!

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  3. Anónimo11/29/2011

    si sube mas porfavor no nos dejes con la duda' me kede muy picada tu historia es fantastica e.e te kedaste en la parte mas interesante(:

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  4. Anónimo12/08/2011

    Sube mas Capis Pliiis Esta buenisima la Nove!

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