Cap 4: Comenzar de Nuevo

Por DiarioTwilight   Publicado a las  9:45 p. m.   6 comentarios


Buenos días señorita Swan – dijo el caballero parado tras el inmenso escritorio de recepción – la señorita Cullen le dejo un mensaje.

Me dio el pequeño papel de color rosa con una letra perfecta en imprenta.

Querida Isa:

Me tome el atrevimiento de pedir desayuno para las dos, te espero en el restaurante… no tardes tanto que muero de hambre.


Me encamine de inmediato hasta el restaurante del hotel, estaba lleno de gente y entre el bullicio de las conversaciones pude apreciar al final del restaurante en un apartado a mi rubia amiga.

Buenos días – la salude con un beso en la mejilla – ¿cómo dormiste?

Muy bien gracias – pero en el momento en que contesto una sonrisa del tamaño del sol ilumino su cara, me dedique a seguir su mirada y encontré otra sonrisa igual de impresionante, ella se levanto de la mesa y saludo – Hola Emmett.

Ambos se dieron besos en las mejillas pero no se quitaban la mirada de encima, pedimos unas tostadas y ensalada de frutas, por un momento me sentí incomoda cuando me di cuenta que en mi silencio mi hermano y la rubia habían entablado una conversación muy amena de la cual ni siquiera recordaba cómo había empezado.

¿A dónde iremos Rose? – Pregunte interrumpiéndolos – lo siento pero es que no se dé que hablan.

Los dos rieron al mismo tiempo, pero fijaron su atención en mí, comenzaron a hablar de nuevo, al parecer la conversación era de las cosas que Rosalie tenía que hacer en este viaje, y que nos estábamos tardando demasiado si queríamos llegar a tiempo al aeropuerto para tomar el primer vuelo que encontráramos a Paris.

Luego del ameno desayuno, subimos al auto que nos llevaría al aeropuerto, después de casi 20 minutos esperando que nos atendieran en la recepción de la aerolínea para que chequearan nuestros boletos mi hermano nos pidió un permiso para saludar a alguien que había encontrado allí.

Es todo un encanto – dijo ella mirando como Emmett se alejaba de nosotras – realmente tenias razón… es maravilloso.

Tu hermano me llamo anoche – dije de repente, ella volteo a mirarme con ojos muy abiertos – dijo que no había podido localizarte y que no contestabas en tu habitación.

Emmm – dijo ella ahora entrecerrando los ojos – ¿y se quedo hablando contigo?

Solo un poco – confesé – al menos hasta se quedo dormido.

Le gustas a mi hermano – dijo ella sonriendo – le gustas mucho.

Pero el a mi no – le dije sin anestesia ella me sonrió pero luego cambio su cara a un poco mas inquisitiva –

¿Porque entonces le contestaste la llamada? – dijo ella muy seria cruzándose de brazos mientras nos sentábamos en la sala de espera, nuestro vuelo saldría en una hora –

Porque no me quedo de otra, el teléfono solo sonó, pensé que era alguno de ustedes dos – dije excusándome –

¿Y cuando supiste que era él le colgaste? – volvió a preguntar ahora más insistente –

No – confesé, pero trate de arreglarlo de inmediato para que no pensara mal – como iba colgarle si es tu hermano, además que cuando nos conocimos se comporto tan bien conmigo.

Bella – pregunto – ¿puedo llamarte así verdad? Es que Emmett te dice así y se me quedo.

Tranquila – le dije – pero no me gusta Rose, y a lo mejor solo te estás apresurando, el solo me llamo porque no te encontraba… ¿Dónde estabas tú?

En mi habitación – dijo ella encogiéndose de hombros – ¿donde más iba a estar?

Porque no respondiste el teléfono – pregunte de nuevo mirándola fijamente –

Porque nunca sonó – dijo ella ahora riéndose – esa es la señal principal de que a mi hermano le gustas… primero utilizo una excusa tan barata como esa, segundo seguramente hablaron no solo un poco como tú me dijiste si no bastante, tercero mi hermano nunca habla con nadie si no le interesa, se limita a la cortesía pero nunca entabla conversación con nadie, alguna razón hay y no me parece que hay otras mas que le encantas.

Yo soy una mujer comprometida Rosalie – le dije pero sin mirarla – no me gustaría lastimar a tu hermano, así que es mejor que dejes esa sonrisa tonta.

Esa es la peor de las blasfemias – dijo mi hermano acercándose a nosotras – tu ya no estás comprometida, hace como mes y medio más o menos que estás sola y después de lo que paso dudo mucho que vuelvas a estarlo, al menos con la misma persona.

No Emmett – le dije poniéndome de pie – aunque este sola yo no estaré con nadie más. Nadie me quitara mi vida de nuevo. Además aun sigo amando a Jacob como el primer día, así que por favor Rosalie déjate de ideas y dile a tu hermano que ni se le ocurra comentarme ni intentar nada, porque solo conseguirá rechazos.

Me encamine a la entrada que daba el túnel hasta la puerta del avión orando porque aquellos dos que ahora parecían los mejores amigos se olvidaran de la idea de que mi persona pudiera tener algo con Edward. Al entrar al avión la aeromoza me guio hasta mi asiento, no me había percatado que mi hermano y Rose venían detrás de mí, ellos se sentaron al frente, de hecho ellos parecían demasiados entretenidos en todo el trayecto solo hablaron de ellos, algo que me alegro mucho porque mi hermano nunca era tan abierto acerca de su vida con las mujeres con las que había tratado antes.

Finalmente llegamos al aeropuerto de Paris, mi emoción se dejaba de ver en el momento en que mire por la ventana el avión estaba aterrizando y se apreciaba todo el paisaje que pronto vería tan cerca, en mis labios se formo una sonrisa enorme, y para mi sorpresa mi hermano y mi amiga me miraban de igual manera, cuando al fin el avión piso tierra firme y se estaciono casi corrí hasta la salida, al fin las puertas eléctricas se abrieron mire todo a mi alrededor, inhale aire, algo que me parecía lo mejor del mundo y me llene de todo esos aromas y sabroso viento.

Tenemos todo el día para conocer Paris – dijo Rose abrazándome por los hombros – la recepción es en la noche.

¿A dónde iremos primero? – pregunto mi hermano –

Al hotel – dijimos las dos mismo tiempo –

El nos sonrió nos abrazo a ambas por los hombros.

Tenemos todo el día – dijo mirando al frente – vámonos, no sigamos perdiendo el tiempo.

El auto que nos llevo al hotel era bastante ostentoso, Jamás habría podido pagarme unas vacaciones como las que ahora prometía que tendría aunque sabía que no pertenecía a ese mundo de lujos y comodidades me gustaba, y realmente lo estaba disfrutando.

Bella – llamo mi hermano interrumpiendo mis pensamientos – mira la torre…

Me quede envilecida admirando lo que por años creí imposible, tener frente a mí la torre Eiffel era como un sueño, recuerdos vinieron a mi mente, cuantas veces había soñado venir con Jacob, estar aquí con él, de luna de miel y tomarnos hermosas fotografías besándonos debajo de la torre.

Cuando finalmente llegamos al hotel solo nos cambiamos para salir a conocer la ciudad… Paris, la ciudad del amor… de los amantes y la mejor gastronomía, me abrigue muy bien y fui a la recepción para encontrarme con ellos.

La primera calle que caminamos nos sentamos a comer en un lindo restaurant que no combinaba para nada con nuestra apariencia, los tres estabas de jeans y franelas con chaquetas de cueros o tela en el caso de Rosalie.

Bella – dijo Emmett mostrándome la carta – pide tú la langosta, yo pediré los caracoles salteados.

La rubia nos miro a ambos extrañada, pero no nos dijo nada hasta que llego la comida, nosotros estamos acostumbrados a eso, hace varios años que no lo hacíamos pero en este caso cuando lo propuso me pareció estupendo, siempre a los lugares nuevos que visitamos juntos los tres pedíamos platos diferentes y luego saboreábamos y compartíamos los tres platos para probarlos.

Massieu – dijo el mesonero colocando los platos donde correspondían –

Mi hermano tomo un poco de mi langosta y la compartimos entre los dos, la rubia asombrada de lo que hacíamos no hizo más que reír y nos ofreció su plato para compartirlo de la misma manera como hacíamos con Alice cuando estábamos más chicos. Así paso la comida amenamente divirtiéndonos probando cosas que en nuestro país natal preparan muy diferente y aunque visitáramos un restaurant francés allá no sabría igual.

Quede como hijo de cocinera – dijo Emmett en medio de carcajadas. Me abrazo por uno de mis hombros mientras besaba mi cabello, los dos reíamos sin parar, ese dicho era de mi padre –

Disculpen – Dijo Rosalie apareciendo en mi lado libre – ¿cómo que hijo de cocinera? ¿No les gusto la comida?

Ambos nos reímos sin parar pero sin dejar de mirarla mi hermano se lo explico de la manera más sutil que pudo.

Hermosa – cuando le dijo así fue el primer síntoma que tenia para saber que Emmett se estaba encariñando de mas con la rubia – eso solo es una expresión, a mi padre le encanta la cocina, y eso es algo que él dice. Es como que quedamos muy llenos y satisfechos por la comida.

Ahhh – dijo riéndose de ella misma ahora – lo siento.

Mi hermano la tomo por ambas mejillas, ella se sonrojo de sobremanera pero él no la soltó.

No tienes que disculparte – le dijo bajito mirándola a los ojos – no tienes porque saberlo todo

Les deje la intimidad que merecían y camine un poco, entonces lo vi, sus hermosos ojos esmeraldas resplandecían mas a través del gran plasma por donde ahora lo estaban presentando, se había apoderado de la última carrera que había corrido con tiempos estupendos y con muy buenos pronósticos de que sería el siguiente triunfador de la carrera en Mónaco.

¿Cullen como te preparas para la siguiente carrera? – decía el presentador mientras Edward solo reía a carcajadas – dicen que tienes a Vettel pisándote los talones.

Ahhh es cierto – decía Edward levantando las manos como en rendición – está muy cerca pero me atrevo a decir que no llegara a menos que sea detrás de mí.

El entrevistador se despidió de la transmisión en vivo, imágenes de la repetición de los minutos finales de la carrera en la que había salido vencedor acapararon la atención del público que se estaba aglomerando detrás de mí, cuando al fin pasaron el momento clave las muchedumbre grito y aplaudió cuando Edward salía en el cima del peldaño llenando a todos con la botella de champagne abierta.

Es mi favorito – finalmente escuche una voz conocida – realmente tiene muchas posibilidades de ganar este año.

Yo también lo creo – le dijo a Rosalie – solo quisiera que mi familia lo apoyara mas, esto realmente es lo que él quiere y mi padre no termina de aceptarlo.

Parece que ha llegado muy lejos – fue lo único que pudo salir de mis labios estaba impresionada aun – ojala le vaya muy bien en la próxima carrera.

La rubia se me acerco sonriéndome tontamente.

Estoy segura que podrás desearle suerte tu misma – me guiño el ojo y nos tomo por ambas manos mientras caminábamos por la ciudad – ¿Bella, tú tienes atuendo para esta noche?

La verdad no – le dije sinceramente – pero ahorita que pasemos por el centro veré que me compro, no te preocupes que no te dejare en mal.

Ella me miro extrañada pero mi hermano reventó en carcajadas, empezamos a caminar, en varias ocasiones entre en tiendas, todas estupendas pero que a la rubia no terminaban de convencer, llegamos a unas puertas de cristal que se abrieron ante nosotras, era un hermoso lugar donde hasta el piso resplandecía, entramos y me hizo medir más de 30 vestidos hasta que finalmente me deshice de ella y compre uno que a mí me encanto.

Nos sentamos los tres llenos de bolsas en un lindo café que esta justamente debajo de la torre, conversábamos y aunque Emmett insistía muy fervientemente que le enseñáramos lo que habíamos comprado Rose se apodero de las bolsas y no quiso que ni siquiera lo husmeara.

Me olvidaron completamente y sin decirles nada mientras se coqueteaban entre ellos me levante, le tome fotografías al lugar, hermosas personas vestidas como típicos franceses deambulaban por allí, cuando quise acercarme a mi mesa de nuevo me fije en que Emmett sostenía la mano de Rose mirándola a los ojos, comencé a tomarles fotografías en secuencia hasta el momento cumbre cuando se besaron, la foto quedo estupenda, pero no se las enseñaría hasta que estuviera impresa y con copias guardadas por si destruyen la evidencia, llegue hasta ellos gritando para que se dieran cuenta que estaba allí.

Ya son las 6:00 Rose ¿no deberíamos ir arreglándonos o algo? – les dije con toda la sonrisa que podía en mi rostro –

Si claro – dijo ella soltando a mi hermano y levantándose de inmediato – vamos. A las 8:00 en el lobby Emmett ni un minuto más.

Le di un beso a mi hermano tomando las bolsas del suelo, el hotel estaba a escasas dos cuadras de la torre, así que caminamos lo más aprisa que pudimos como escapando de mi hermano cosa que no entendí pero después les preguntaría. Nos despedimos en el ascensor cada quien tenía su habitación en un piso diferente, cerrando la puerta me puse cómoda y de inmediato me fui a duchar, según Rosalie estábamos sobre la hora y no teníamos mucho tiempo porque éramos parte de los invitados especiales.

Casi hora y media después estaba totalmente lista para salir al lobby donde habíamos quedado de encontrarnos, me estire un poco el vestido con las manos y tome mis cosas guardándolas en la pequeña cartera de sobre que llevaba.

Mira mi reloj, aun faltaban 15 minutos para las 08:00, aun así decidí salir antes, chequee de nuevo mi maquillaje en el espejo de cuerpo completo de mi habitación, todo a mi vista estaba perfecto, en el pasillo me encontré con mi hermano, su traje era un gris pálido pero un poco satinado con una camisa negra y corbata fina del mismo color, se veía estupendo, juvenil y hermoso, los ojos azules de mi madre resaltaban sus largas pestañas y su hermosa sonrisa no se hizo esperar al verme.

Al bajar nos encontramos con una ansiosa y desesperada Rosalie, que dejo de caminar a los lados conforme nos acercábamos su atención se centro completamente en mi hermano, la rubia se veía imponente con un hermoso vestido azul eléctrico arruchado muy bien combinados con calzado plateado al mejor estilo de JCH una hermosa cartera de sobre del mismo color.

Hola – dijo ella al acercarnos, mi hermano tomo su mano besándola – ¿Cómo estas Emmett?

Ahora mucho mejor – contesto él con tal voz ronca que hasta yo me asuste –

Hola Rose – dije, ella salió de su ensoñación dando un pequeño brinquito de susto pero solo me sonrió saludándome con su cabeza –

El auto ya está listo esperándonos – nos tomo la mano a ambos y salimos del hotel –

Al llegar al lugar donde sería el evento, lo que menos pensé en encontrarme era una alfombra roja, yo y mi maldita timidez hicieron que todo mi cuerpo y mejillas se tornaran de un color rojizo, mi hermano bajo primero, luego le extendió la mano a Rose quien se tomo de su brazo y comenzaron a caminar hacia la entrada… perfecto… apenada y de paso teniendo que caminar sola entre estos flash… cuando intente salir del auto un brazo con mangas de traje negro me ofreció ayuda, la tome sin pensarlo y salí del allí al fin.

Gracias – le dije sin mirarlo, las luces que salían de todas partes me cegaban –

Solo sonríe, no muerden – su aterciopelada voz hizo que mi piel sonrojada se erizara –

¿Edward? – dije bajito sonriendo como el mismo me había sugerido –

Hola Isabella – me voltee por un momento y entre el revuelo de gente pude mirarlo sonreír, algo poco común, era como un dios sobre natural que ahora me tomaba de la mano, me sonreía y me hablaba al oído – estas hermosa, es un placer verte de nuevo.

Me quede como tonta tratando de aparentar que en mi estomago no pasaba nada, camine entre la gente tratando de ocultar mi rostro de los periodistas, Edward al darse cuenta solo me levanto la barbilla y me hizo sonreír de nuevo.

Cuando al fin llegamos dentro del teatro, me descubrí sonriendo emocionada, mi sosa vida nunca había tenido más nada emocionante a que mis alumnos preguntaran o respondieran algo que yo le cuestionaba en clases, me encontré un par de sonrisas deslumbradas frente a nosotros, al darme cuenta porque, me solté del agarre de Edward.

Ahora nada parecía normal, toda la gente que estaba en el salón volteo de inmediato a mirarnos, lo que no había notado era que había una pareja mas entrando detrás de nosotros, una hermosísima mujer de vestido negro satinado hasta la rodilla en corte en V caminaba hacia nosotros de la mano de un hombre rubio, que a pesar de la edad aun parecía joven y lozano.

¿Edward? – dijo la mujer acercándose a mi compañero, el me soltó un momento estirando sus brazos hacia ella – ¡cariño! ¡Felicidades! Vi tu carrera mi amor, estuvo estupenda, pensé que estarías entrenando para Mónaco y por eso no vendrías.

Madre – dijo el besándola en ambas mejillas – no podía perderme esta cena, moría por verte.

El gran Carlisle Cullen abrazaba a su hija con mucho cariño, la mirada hacia su hijo no era las mas complaciente, sin embargo lo miro a los ojos y hizo una mueca en modo de saludo, Emmett estaba a mi lado y de inmediato busco mi mirada al ver semejante escena, si bien mi hermano tenía tiempo que no veía a mi padre, pero cuando lo hacia se desvivía demostrándole su cariño y aprecio.

Nos guiaron hasta la mesa que nos correspondía, como en el evento anterior al que había asistido con los hermanos Cullen la mesa estaba en el centro y al frente de un escenario donde parecía haber cosas para vender.

Madre – saludo Rose a la mujer, dándole un beso en cada mejilla, mirándome le dijo – ella es Isabella Swan y el su hermano Emmett.

Hola cariño – dijo mirándome con ternura besando mi mejilla, repitiéndolo con mi hermano – es un placer conocerlos y bienvenidos.

Papa – dijo la rubia mirándome directamente – Isabella es Economista y da clases en la universidad de Seattle, sabe todo sobre ti y lo eficiente de tus negocios.

Mucho gusto señorita – dijo el extendiéndome su mano con una sonrisa de suficiencia – me gusta escuchar que aun se habla de mi en las clases, personas como tu hay que tener en mi empresa.

No tiene idea de cómo lo hacen aun – le dije sinceramente – el placer es mío.

Mi hermano Emmett – le dije presentándolo –

Un gusto – le dijo Cullen dándole un apretón de mano – ¿tú también eres economista?

No – dijo mi hermano demasiado serio y parecía hasta nervioso – soy Marine, pertenezco al ARMY.

¿Irak? – Pregunto el hombre interesado tomando a mi hermano por uno de sus hombros alejándolo de la mesa hasta una mas apartada donde servían bebidas y aperitivos –

¿Tú crees que le guste? – me dijo Rose bajito, estaba concentrada tratando de descifrar que le llamaba la atención a Carlisle que mi hermano perteneciera al ejercito – ósea, tu eres su hermana, deberías conocerlo.

Si lo conozco – le dije mirándola directamente – demasiado bien para mi gusto y si le gustas, muchísimo, pero tienes que estar consciente que él no es un hombre de tierra firme, mi hermano es piloto y eso significa tanto para el que ni siquiera por mis padres se ha podido alejar de su profesión.

Lo sé – dijo ella abatida mirándolo como reía conversando con su papa – el mismo me hablo de cuanto le gustaba volar.

Mira Rose – le dije sin saber cómo empezar – mi hermano en cuanto a su trabajo se refiere es una persona egoísta que no se mide, básicamente por eso aun está soltero, el dice que a las únicas mujeres que puede amar es a mi hermana, mi madre y por supuesto a mi, por experiencia propia te digo que por más que ames a una persona siempre estará lo que tú quieres y sientes de por medio y eso hará su relación muy odiosa, por otra parte si quieres gózalo, disfruta los momentos con él, pero sabiendo que más temprano que tarde todo acabara.

¿Eso fue lo que te paso a ti? – su voz retumbo en mis oídos congelándome el cuerpo entero en un segundo – digo, como dices que por experiencia propia.

Me quede congelada en el sitio mirando a Rose que tenía una cara que mas de abatida de picardía, me sonrió y se levanto de la mesa excusándose con ir al tocador.

¿Entonces? – dijo Edward mirándome mientras empinaba sobre sus labios una copa de champagne bebiéndola a fondo blanco –

No creo que te importe – le dije secamente –

Ps – dijo el acercándoseme un poco tomando otra copa de la mesa – no es que me importe, es que quisiera saber el porqué mi hermana me llama para decirme que te deje en paz.

¿Cómo? – dije asombrada, ¿Rose le había comentado lo del aeropuerto? Tome una copa de la mesa y la tome a pecho –

Me llamo para decirme que estabas comprometida – dijo sonriéndome volteándose para mirarme de frente, sus hermosos ojos brillaban demasiado, descubrí su aroma que más que a perfume era como algo natural, una esencia a vainilla y canela muy difícil de ocultar – que te había molestado hablar conmigo y que no lo volviera hacer por favor ¿Ocurrió algo que te haga molestara y por eso me evitaras de ahora en adelante?

Me quede en el sitio, no sabía que responder, no sabía que decir, ¿cómo Rose me haría esto? ¿Acaso se había vuelto loca?



Acerca del Autor

Nos dedicamos a brindar información a todos los fans de la Saga Crepúsculo. Desde entonces nos hemos encargado de cubrir premieres, eventos, actualizar día a día nueva información sobre el cast. Después de que terminó la épica Saga en Noviembre del 2012, seguimos los proyectos de cada actor como corresponde.
Lee más en: Conócenos

6 comentarios:

  1. ohhh ke bello continua pronto xfa

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  2. Anónimo8/01/2012

    ohhh dios se puso interesante, debes seguirla lo mas pronto posible, me encanta la historia

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  3. Anónimo8/02/2012

    Otro!!! Por favor!!! Esta de lo mejor tus capitulos.... >.< esta uff!!

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  4. SI PLIS SIGUE CON LA HISTOIA ESTA TOMANDO UN GIRO INESPERADO...

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  5. Anónimo8/22/2012

    Que interesante historia me gusta.....actualiza pronto xfis :DD

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  6. Anónimo8/26/2012

    Muy Buena Historia!! Actualizala plis!! La Amé...xD

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